viernes. 28.03.2025

Las previsiones para España apuntan a un crecimiento de la economía en 2019 del 2,3%, lo que supone una ralentización en tres décimas respecto al incremento previsto para el 2018, según el informe de los Servicios de Estudioes de Mapfre. El menor crecimiento se debe a una desaceleración en la demanda doméstica, que pasará del 3,2% al 2,5%. El sector exterior sólo compensará mínimamente esta caída.

 

La menor aportación de la demanda doméstica se deberá a un efecto base en el primer trimestre de 2019 que compensará el fuerte repunte del mismo período del año anterior, y una menor aportación de la inversión, como consecuencia de unas peores condiciones financieras y ajuste de expectativas para los años próximos.

El cierre de 2018 marca claramente el inicio de “la senda de desaceleración gradual” que veníamos anticipando desde finales del año 2017, según explica el director de Análisis Macroeconómico y Financiero del Servicio de Estudios, Gonzalo de Cadenas-Santiago.

 

“La desaceleración cíclica es un hecho”, explica De Cadenas-Santiago; “el desarrollo de los indicadores económicos globales, la corrección bursátil vivida desde mediados de año, la reducción de los beneficios corporativos y -muy especialmente- la corrección global de flujos comerciales y de Inversión Extranjera Directa dan cuenta de ello. Todos ellos son síntomas del cambio, palpable ya en el comercio, en la inversión y en las expectativas globales”.

 

Pero los riesgos latentes avisados hace un año no sólo continúan sino que en algunos casos han cobrado mayor probabilidad. Aunque el foco inmediato acerca de los peligros de la gobernanza económica global se centra en la guerra comercial y sus efectos en la actividad, el mayor riesgo que detecta el informe está relacionado con la presión que puedan recibir las instituciones por una agenda política o de mercado.

 

La economía global crecerá este año el 3,3%, los mercados desarrollados por debajo del 2% y los emergentes, entre el 4% y el 5%.

 

El caso más significativo es la presión que se cierne sobre la Reserva Federal. Un error de política monetaria en Estados Unidos ante un repunte eventual de la volatilidad o del precio del petróleo podría ser el detonante del escenario alternativo de riesgo. Una subida de tipos en EEUU sin pausa hasta alcanzar 3,50-3,75%, un fuerte aumento de la aversión al riesgo global, y una caída de la Bolsa del 10% coincidiendo con el momento de mayor volatilidad, serían elementos a considerar en un escenario de riesgo.

2019 dará paso a una desaceleración suave de la economía mundial