Un 84% de los directores financieros españoles tiene una percepción de la situación económica mala o muy mala, la peor valoración desde 2012, según la última edición de la Encuesta a la Dirección Financiera en Europa elaborada por Deloitte.
La encuesta, que se centra en el impacto de la COVID-19 y en las perspectivas económicas a corto y medio plazo, pone de relieve el mayor pesimismo de los directores financieros (CFO) españoles frente a sus homólogos europeos, la mitad de los cuales se siente optimista sobre las perspectivas financieras de sus empresas.
En España, un 56% de los encuestados califica la situación como mala, y un 28% como muy mala; además, el 63% de los CFO españoles cree que la economía del país entrará en estancamiento o recesión en los próximos 12 meses, y un 83 % cree que no es momento para asumir un mayor nivel de riesgo en sus balances.
En el documento, el socio responsable del CFO Program de Deloitte en España, José Manuel Domínguez Carravilla, destaca que "el sentimiento sobre los resultados financieros mejora en todos los países encuestados, excepto en Italia y España", donde solo un 23% de los encuestados se siente más optimista.
Domínguez lo achaca al hecho de que España es una de las economías más afectadas por la pandemia y por las previsiones poco alentadoras de recuperación del PIB.
Por lo que respecta a las expectativas de los ingresos para las empresas, el 54% de los directores financieros europeos espera que estos aumenten en los próximos 12 meses, frente al 30% que prevé un descenso. En España, el 49% de los encuestados cree que sus ingresos crecerán el próximo año, y un 32% espera una caída.
En el ámbito laboral, los CFO europeos encuestados que prevén una disminución de su fuerza laboral pasa del 39% al 36% en los países de la zona del euro.
En España, un 39% de los encuestados (frente el 25% de la pasada edición) cree que su plantilla sufrirá un descenso, mientras que solo un 19% contempla un aumento de empleados.
En esta edición, la encuesta ha contado con la participación de más de 1.500 directores financieros de 18 países europeos para abordar, entre otras cuestiones, el impacto de la COVID-19 en las expectativas de los indicadores empresariales, las inversiones y las perspectivas económicas de los próximos 12 meses.