jueves. 25.04.2024

 

Los desenlaces de las competiciones deportivas más importantes no entienden de tendencias o de orden. Son cada vez diferentes e improvisados. Más si se trata de un mundial de fútbol, donde los equilibrios cambian de la noche a la mañana y todo puede pasar.

 

Lo que está pasando ahora a la selección española en el mundial de Rusia es, de hecho, algo nunca visto antes. A solamente dos días del debut de la Roja en la competición más importante de todas, los altos directivos de la federación española han decidido cesar Julen Lopetegui, que había anunciado que sería el entrenador del Real Madrid después del mundial. Semejante terremoto, al que siguió la anunciación de Fernando Hierro como técnico para el mundial, habría podido ser el origen de muchos problemas en el seno del equipo. Sin embargo, el equipo capitaneado por Sergio Ramos, cuyo ídolo de pequeño era el mismo Hierro, ha cuajado un muy buen partido contra Portugal, pese a no haber conseguido a ganar por un golazo de Cristiano Ronaldo en la recta final del partido.

 

El encuentro contra los lusos ha demostrado muchas cosas. En primer lugar que la Roja sigue jugando igual de bien al fútbol, apostando siempre por las asociaciones y por los movimientos continuos para no dar demasiados puntos de referencia al rival. No es extraño que en una entrevista David Albelda se haya deshecho en elogios para la selección española, que según el ex centrocampista de la selección es el conjunto mejor preparado para ganar el mundial.

 

Otra muestra del partido contra Portugal es la revancha de Diego Costa, que ha callado muchas bocas anotando un doblete que ha sacudido al equipo y, sobre todo, afirmándose como el delantero centro titular de España después de haber sido cuestionado por su falta de entendimiento con el juego de posesión y menos directo de sus compañeros. Detrás de él Aspas y Rodrigo están esperando sus momentos, pero después de la exhibición del pasado 15 de junio parece que va a ser complicado sacar al delantero del Atlético Madrid de su puesto de 9. El primer gol de Costa ha sido un acto de rebeldía en solitaria, luchando contra toda la defensa lusa, mientras el segundo ha sido el de un hambriento del gol que no perdona en el área. Otra confirmación es la elevada adaptabilidad de Isco y Koke a cualquier momento del partido, ya que han sido estos dos los que han mantenido las riendas del equipo.

 

En general parece ser que las inquietudes de España sean solamente de carácter psicológico, ya que el nivel de forma física y de juego no ha mermado desde las épocas de la clasificación al mundial, cuando la Roja dejó muy atrás a Italia en el grupo. Con la intención de ganar los dos próximos partidos y meterse en octavos de final por la puerta grande, Hierro seguirá apostando por la calidad de siempre para matar a los fantasmas internos y demostrar que España es más fuerte que todo.

Las inquietudes del mundial de España