ENTREVISTAS DE LA CÁTEDRA RSC UMU

Juan Antonio Segura (Cepaim): “Sin personas no hay desarrollo y, en contextos de desigualdad, no es posible crecer de forma ética y sostenible”

Juan Antonio Segura, director de la Fundación Cepaim.
Juan Antonio Segura, director de la Fundación Cepaim y reconocido por su trayectoria profesional por la Cátedra de RSC de la Universidad de Murcia.

La Cátedra de RSC de la Universidad de Murcia (@Catedra_RSC) premió el pasado 20 de junio de 2023 la trayectoria profesional en RSC de Juan Antonio Segura (@jsegura17), director general de la Fundación Cepaim. Maestro, educador social, consultor europeo en migraciones y máster en mediación intercultural, Segura es Comisionado de Sostenibilidad de la Plataforma del Tercer Sector a nivel estatal,  preside la Comisión de Políticas de Integración del Foro para la Integración Social de los Inmigrantes, forma parte de la Comisión Permanente de la Red Europea de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión Social, y es miembro de la Junta Directiva de la Plataforma del Tercer Sector y del Observatorio de la exclusión social de la UMU.  

 

Referente nacional en RSC, es autor de varios libros y publicaciones en revistas, entre las que destacan ‘La sensibilización como proceso: verdadero cimiento de las políticas de integración intercultural’ o su aportación como experto en RSC en la publicación “9 necesarios debates sobre la Responsabilidad Social” obra colectiva coordinada por David Lafuente Durán.

 

Segura acumula más de 22 años como director de esta ONG de ámbito internacional, que cuenta con una plantilla de 1.400 trabajadores y una red de más de unas 600 personas voluntarias. Esta entidad del tercer sector nació en España en 1994, y está integrada en la Red Española de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión y en la Plataforma de ONGs de Acción Social, teniendo estatus consultivo ECOSOC de Naciones Unidas.

 

En paralelo, Cepaim asesora las políticas sociales y de integración de las personas inmigrantes a través de su participación, entre otros, en el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica, en el Foro para la Integración Social de las Personas Inmigrantes o en el Consejo Estatal de ONG’s de Acción Social.

 

-¿Cómo les explicas a tus hijos qué es la RSC?

-La mejor explicación que podemos dar a nuestros hijos en relación con qué es la RSC es nuestro comportamiento diario, nuestras acciones, el ejemplo, por encima de la palabra; nuestro compromiso diario con la sociedad y con las personas más vulnerables, con el cuidado de los espacios y los asuntos públicos.

La RSC también son comportamientos que construyen mensajes no verbales que llegan a la emoción y no solo a la razón. Nos explicamos mejor con las acciones que con las palabras, transmitimos mejor y tenemos que ser capaces de transferir comportamientos y actitudes vinculados con la RSC que nuestros hijos e hijas asuman como suyos.

 

-¿Cuáles son los principales objetivos de la Fundación Cepaim en relación con la RSC y cómo los están logrando?

La Responsabilidad Social externa e interna de la Fundación Cepaim está muy presente en la propia definición de nuestra misión, en nuestros principios y valores, en cada una de nuestras áreas de intervención, en toda nuestra acción social con la que perseguimos contribuir a la construcción de una sociedad diversa e intercultural, basada en valores de convivencia, igualdad, participación, justicia y no discriminación.

Apostamos por una RSC de todos los agentes y grupos de interés del territorio, en nuestro Plan estratégico, hablamos de la Responsabilidad Social del Territorio como una meta a alcanzar para que la sociedad de valor a la diversidad como una de las grandes riquezas que nos configuran como seres humanos, construyendo espacios y tiempos para el encuentro, la comunicación y la relación entre personas con diferentes orígenes culturales, con diversas miradas de la realidad. De hecho, la inclusión, la convivencia por encima de la mera coexistencia y la cohesión social se configuran como uno de los objetivos fundamentales que dan sentido a la propia existencia de la Fundación Cepaim, evitando que las personas más vulnerables de nuestra sociedad, entre ellas las personas migrantes queden excluidas de unos niveles suficientes de bienestar, acreditando nuestro compromiso y Responsabilidad Social en el despliegue, seguimiento y evaluación de nuestro IV Plan Estratégico.

En Cepaim trabajamos para dotarnos de políticas que acrediten nuestra RSC también en el interno de nuestra organización, impulsando e implantando políticas y planes que la acrediten, como la reciente aprobación de nuestro II Plan de Igualdad, el II Convenio Colectivo, nuestra política de Compliance, la incorporación de la diversidad en nuestras plantillas, las medidas de conciliación, la evaluación del desempeño, la gestión del talento, la  formación continua, la sostenibilidad ambiental, el incremento de nuestra base  social,  el fomento de  la participación en la toma de decisiones, la incorporación de  la cultura de calidad en la gestión, con centros certificados en la Norma ISO,  mejorando la comunicación con nuestros grupos de interés, con políticas de transparencia, ética y buen gobierno en nuestra gestión, devolviendo a la sociedad información de lo que somos, lo que hacemos, cómo lo hacemos y que resultados obtenemos.

 

-¿Cómo ha evolucionado la incorporación de la RSC en la estrategia y operaciones de la Fundación CEPAIM a lo largo de los años?

-La RSC ha estado presente en la propia configuración de nuestra entidad desde sus orígenes en 1994, cuando un grupo de personas y entidades diversas decidimos unir nuestras trayectorias para crear una entidad con mayor capacidad de hacer realidad nuestros objetivos sociales, con más capacidad de incidencia en la definición de las políticas de integración de las personas inmigrantes y refugiadas. A lo largo de estos ya más de 29 años, siempre hemos estado ocupados en la mejora continua y en el desarrollo de proyectos innovadores con impacto social.

La RSC en Fundación Cepaim se ha vinculado a la mejora de nuestros procedimientos internos de trabajo, en la revisión de nuestras estrategias de intervención con la incorporación de nuevas formas de hacer las cosas, de nuevas metodologías, de forma que podamos ser más eficaces en la consecución de nuestros objetivos sociales. En nuestro Plan Estratégico 2022-2025 nos hemos propuesto continuar avanzando en el desarrollo de nuestro propio modelo de responsabilidad y acción social con intervenciones guiadas por la interculturalidad, la convivencia y la igualdad.

Nuestro compromiso en sus orígenes estuvo vinculado con los procesos de acogida de las personas inmigrantes, mientras que hoy, sin abandonar la necesaria acogida,  nuestra estrategia de RSC se centra en la construcción de la convivencia, la gestión de la diversidad, la participación, la sensibilización y la cohesión social, trabajando por hacer posible un nuevo modelo de desarrollo territorial, basado en la centralidad de las personas, en el territorio, en la acción social y la economía social como motores del cambio.

La Fundación Cepaim es hoy una organización no gubernamental sin ánimo de lucro con ámbito estatal e internacional integrada en la Red Española de Lucha contra la Pobreza y la Exclusión y en la Plataforma del Tercer Sector de Acción Social. Asesora las políticas sociales y de integración de las personas inmigrantes a través de su participación, entre otros, en el Consejo para la Eliminación de la Discriminación Racial o Étnica y en el Foro para la integración social de las personas inmigrantes. Cepaim es una iniciativa social que persigue aproximar, poner en relación a personas, entidades, culturas, ideas e iniciativas diversas, relacionadas con el gran reto del siglo XXI, la adecuada gestión de la diversidad cultural presente en nuestros barrios, en nuestros centros educativos y en nuestras empresas, favoreciendo la integración, la convivencia y la cohesión social.

 

-¿Qué papel juega la RSC en la construcción de una sociedad más justa e inclusiva?

-La Responsabilidad Social de todos los actores presentes en un territorio, con un compromiso acreditado con los grandes retos sociales que afectan a las personas y a los territorios, se convierte en una herramienta esencial para avanzar juntas en la construcción de una sociedad inclusiva, diversa, justa y cohesionada.

Es urgente que avancemos en la necesaria vinculación de la triple cuenta de resultados, conjugando lo económico con lo social y los retos medioambientales; este objetivo que se configura como un reto y un factor esencial a tener en consideración por parte de las iniciativas empresariales a presente y a futuro, desde la RSC que nos exigen nuestros grupos de interés, se convierte en una inversión que aporta valor a la empresa, a la organización y a la sociedad.

Se trata de conjugar los objetivos sociales, con los económicos y medioambientales, siendo capaces de impulsar y desarrollar una nueva economía inclusiva que se sitúe al servicio de las personas y de los territorios y no al contrario; que preserve y proteja el medio ambiente, como un bien común insustituible, como el escenario en donde las personas nos ubicamos, nos relacionamos y desarrollamos. Sin personas no hay desarrollo y, en contextos de desigualdad, no es posible crecer de forma ética y sostenible.

Los proyectos empresariales y organizacionales que a futuro sean sostenibles, serán los que sean capaces de conjugar la viabilidad económica con su proyección social, la vinculación con el territorio y con las personas que lo habitan. Las empresas y organizaciones del futuro, serán sociales o no serán.

Nunca olvidemos que las situaciones de pobreza, exclusión social, desigualdad, racismo o discriminación no pueden ser vistas como una realidad que les afecta solo a las personas que las sufren. Debemos ser muy conscientes que nos afectan colectivamente, convirtiéndose el objetivo de su abordaje y reducción en una Responsabilidad Social compartida, en una inversión para el conjunto de la sociedad, para todos los actores sociales presentes en el territorio: instituciones públicas, tejido empresarial, organizaciones sociales, instituciones educativas y ciudadanía.

 

-¿Qué supone este reconocimiento en tu trayectoria personal y laboral?

Me siento profundamente agradecido a la Universidad de Murcia, a la Cátedra de RSC y a las personas que la integran, por este reconocimiento, por el impulso permanente de la cultura de la Responsabilidad Social a través del Máster y por la organización de la ‘Noche de la RSC’.

Este reconocimiento supone para mí una motivación y una responsabilidad añadida para seguir trabajando, si cabe, con mayor intensidad por hacer posible que avancemos juntos en la construcción de una sociedad socialmente comprometida contra las desigualdades, el racismo, la xenofobia, la exclusión social y el reto climático. Una sociedad en la que sigamos apostando por el reforzar las políticas sociales y de igualdad, sin admitir retrocesos.

 

Este reconocimiento avalado por personas y entidades diversas, me da el respaldo para trabajar en la creación de espacios de relación improbables entre actores diversos, para construir soluciones impensables, basándonos en la recuperación de la cultura de la escucha, el dialogo permanente, la negociación y el acuerdo.

Es un orgullo haberlo recibido tras dos grandes profesionales, personas y amigos, como  Juan Antonio Pedreño y Tomás Zamora. Agradecer las palabras  que han dejado en los videos grandes amigos y amigas como el rector de la Universidad de Murcia, José Luján; el vicerrector de Responsabilidad Social y Transparencia de la UMU, Longinos Marín; el presidente de Ucomur, Juan Antonio Pedreño; la presidenta de EAPN Región de Murcia; Rosa Cano; así como Mady Cisse, Martha Villas o María Dolores Birruezo.

No lo siento como un reconocimiento personal, sino colectivo, que pone en valor el trabajo de las mujeres y los hombres que integramos la Fundación Cepaim, a la vez que un reconocimiento al tercer sector de acción social.

 

-La Cátedra de RSC de la UMU forma, divulga e investiga desde hace más de 12 años. ¿Cuál crees que ha sido su papel para concienciar entre las empresas y organizaciones murcianas sobre la sostenibilidad?

La Cátedra de RSC está jugando un rol esencial en la formación de los líderes del presente y del futuro en las empresas, las organizaciones sociales, los medios de comunicación… líderes concienciados con los retos de la sociedad y con su abordaje.

La Cátedra se ha convertido en un actor esencial en la promoción de la cultura de la Responsabilidad Social para que impregne todos los niveles de las empresas, las organizaciones sociales, las administraciones públicas, las instituciones educativas y al resto de actores sociales.

Ha impulsado la creación de espacios de colaboración entre diversos actores públicos y privados, identificando las mejores prácticas en materia de RSC, dándolas a conocer y favoreciendo la transferencia hacia otras empresas y organizaciones. También la UMU ha impulsado experiencias innovadoras como ODSesiones vinculando a toda la sociedad murciana con la Agenda 2030 de Naciones Unidas, convirtiéndose en un claro referente.

 

-¿En qué crees que podría innovar la Cátedra de RSC de la UMU?

La capacidad de innovar de la Catedra de RSC se debe centrar en sumar todo su capital humano, relacional y de conocimiento para ser capaces de aportar soluciones novedosas a los retos sociales que presenta nuestra sociedad. Soluciones que sean más eficaces, eficientes y sostenibles, que mejoren los resultados actuales, aportando valor, generando nuevas alianzas público privadas, situando siempre los intereses colectivos, por encima de los individuales.

Es necesario que la Cátedra profundice en la creación de espacios y tiempos relacionales entre actores públicos y privados, propiciando el conocimiento mutuo, el análisis compartido, la escucha activa, la propuesta de nuevas experiencias y soluciones entre las empresas, las administraciones públicas, las organizaciones sociales y la academia. Ecosistemas relacionales que nos permitan salir de la imagen estereotipada del otro, conocer las mejores prácticas en materia de Responsabilidad Social para impulsar su transferencia al resto de actores sociales.

Es necesario apostar por líneas de investigación aplicada a los retos de la sociedad, ampliando la colaboración con otras universidades, identificando las mejores prácticas en materia de responsabilidad social a nivel internacional y presentarlas en la Región de Murcia, apostando por aproximar e incentivar la cultura de la RSC entre las pequeñas y medianas empresas y entre las organizaciones sociales.

 

La Cátedra de RSC debe ser un referente en la búsqueda de nuevas maneras de colaborar, cooperar, co-crear y crecer, como la base para construir, entre todos, una Europa, un país y una Región más sostenible e inclusiva, donde la cultura de la responsabilidad social  lleve a las administraciones, a la empresas y las organizaciones sociales al compromiso estratégico de crear productos, servicios y soluciones que aporten valor a la sociedad, apostando por la colaboración público-privada como una de las claves del éxito e impulsando la cooperación interuniversitaria con otros másteres universitarios en materia de RSC.

 

-¿Cómo valoraras la calidad y relevancia del Máster en RSC?

-Se trata de un Máster universitario que responde a unos altos estándares de calidad, integrado por contenidos teóricos y prácticos que permiten al alumnado aproximarse a los conceptos, a las prácticas, a los retos y las oportunidades que ofrece la cultura de la responsabilidad social a nivel regional, español e internacional. Un Máster que permite una aproximación a las prácticas en RSC de las empresas, de la economía social, de las organizaciones sociales, los medios de comunicación y las administraciones públicas. Es de destacar su capacidad para integrar diversidad de miradas en el abordaje de la RSC, incorporando las prácticas del tercer sector de acción social y de la economía social.

 

-¿Cuál es tu visión a largo plazo para la Fundación Cepaim en cuanto a su compromiso con la RSC y su contribución a la sociedad?

-En Fundación Cepaim nos mueve un “sueño compartido”, la construcción de una sociedad intercultural y cohesionada, basada en la convivencia, la justicia social, la igualdad, la transformación social y la participación ciudadana. Creemos en una sociedad que no discrimine por motivos de sexo, origen racial o étnico, religión, discapacidad, edad u orientación sexual. Una sociedad que considere la diversidad cultural, no como problema y fuente de conflictos, sino como patrimonio inmaterial de la humanidad y fuente de riqueza,  creatividad, innovación social, originalidad y creación cultural.

La convivencia, la comunicación, la generación de vínculos entre personas de diferentes valores culturales, entre mujeres y hombres, entre jóvenes y mayores, entre los distintos actores sociales de un territorio, es el objetivo de nuestro presente y luchamos para que sea la realidad de nuestro futuro. Para ello, diseñamos nuevas estrategias de intervención alejadas de la sectorialización, para adentrarnos en la experimentación de dinámicas comunitarias que integren al conjunto de las personas de un territorio, convirtiéndolas en actores, en protagonistas, en creadores, dejando de ser meros espectadores. 

Creemos en la necesidad de impulsar la Responsabilidad Social territorial y queremos ser un actor activo en este objetivo, colaborando en la definición de políticas y medidas de apoyo, de sensibilización, divulgación e intercambio de buenas prácticas, formación y cooperación público/privada, tanto desde las administraciones públicas, como desde las universidades, las empresas, los sindicatos y las organizaciones sociales.

Es necesario que avancemos juntos, en alianzas de actores diversos, hacia un nuevo modelo de país, integrado por territorios diversos y socialmente responsables, desde una apuesta clara  por un modelo de desarrollo integrador y sostenible que incorpore de forma equilibrada y voluntaria, los retos y objetivos sociales, económicos, culturales y medioambientales, propiciando la  colaboración, la participación e implicación de la ciudadanía y del conjunto de actores sociales presentes en el territorio, desde los principios de diversidad, convivencia, igualdad, cohesión social y gobernanza democrática.  Apostamos por la Responsabilidad Social Territorial como otra forma de gobierno, otra cultura, otra forma de empresa y de organizaciones sociales, creando ecosistemas colaborativos en donde la responsabilidad social no sea de un solo actor, las empresas, sino del conjunto de actores sociales y personas que habitamos la diversidad de territorios que integran nuestro país.

 

-¿Cómo has educado a tu hija en el no racismo?

Compartiendo con mi hija la diversidad, dando un valor a la diversidad y a las personas diversas, compartiendo mis relaciones de amistad con personas inmigrantes, acompañando y compartiendo espacios y tiempos con las asociaciones de inmigrantes, con las personas inmigrantes, sabiendo que es muy fácil discriminar bajo el anonimato de las palabras, inmigrante, refugiado, ‘mena’, pero que es complicado hacerlo cuando conocemos a las personas con rostro propio, cuando nos aproximamos a sus historias de vida, a sus sueños, anhelos, esperanzas, cuando establecemos relaciones de amistad. He intentado siempre que mi hija tenga relaciones normalizadas de amistad con personas y familias de origen cultural diverso.

 

-¿Como se puede evitar, desde el punto de vista de la RSC, la extensión del racismo y la discriminación?

Impulsando en las empresas, en las organizaciones y en las administraciones el diseño dentro de sus políticas de RSC de planes de diversidad, de forma que apuesten por integran la diversidad cultural en sus plantillas como una apuesta de valor, impulsando prácticas positivas de gestión de la diversidad.

La Gestión de la Diversidad es un reto para las empresas, para todas las empresas, las de gran tamaño, pero también lo es para las pymes, para los autónomos y para las organizaciones sociales, pero un reto superable, y que es necesario abordar para optimizar sus posibilidades en un mercado globalizado y cambiante. Cualquier empresa, sea cual sea su tamaño, sector de actividad o situación puede y debe plantearse las políticas de gestión de la diversidad, buscando las referencias y los apoyos necesarios que lo hagan factible. Una apuesta que merece ser reconocida y valorada públicamente.

Por ello, acabamos de lanzar nuestro Club CREAS (Club de Responsabilidad Empresarial y Acción Social). Un espacio de innovación social, configurado como un laboratorio de ideas, de intercambio de experiencias y de co-creación de proyectos de innovación social para gestionar la diversidad en los entornos profesionales. La diversidad es una realidad que nos configura como seres humanos, una realidad que se oculta o se potencia, una realidad que puede ser vista como una fuente de problemas sociales o como la mayor de nuestras riquezas personales y colectivas, como un patrimonio común a proteger, cuidar, valorar, defender e impulsar.

El contexto actual que se vive en Europa, con una tendencia al incremento del racismo, nos habla de la urgente necesidad de apostar por la convivencia, la gestión de la diversidad, el diálogo interreligioso, la participación social y la cohesión social. Es tiempo de diálogo, de pactos, de reconocimiento de la diversidad y de trabajo por la convivencia. El racismo se aborda desde el conocimiento del otro diferente.

 

-Para terminar, te pedimos un mentor que hayas tenido en tu vida, una frase que te defina profesionalmente y un libro que nos puedas recomendar para este verano.

Mi compromiso con la Responsabilidad Social Territorial y comunitaria y mi apuesta por su impulso en las organizaciones la he ido construyendo a través de las influencias que me han producido muchas personas que me han dejado y siguen dejando huella, personas con las que he construido pensamiento, emociones y comportamientos. Hablo de Paulo Freire, de Marco Marchioni, de Javier Leunda, de Joaquín García Roca, de Rosalía Guntín, Carlos Giménez, Eduardo Galeano, Ezquier Ander Egg, Pepe Molina y tantos otros…. Gracias a todos y todas ellos por haber colaborado a construir mi pensamiento y mi consideración de las políticas sociales, situando siempre a la ciudadanía en el centro de la acción social, en sus actores y no en sus espectadores.

A lo largo de mi recorrido profesional, tanto en la Administración Pública, como en las entidades del tercer sector de acción social en España con las que me siento fuertemente comprometido y convencido de su capacidad de incidencia y transformación social, he tenido la oportunidad de encontrarme con muchas personas fuertemente comprometidas e implicadas con los retos de la sociedad, personas integras que tienen un interés  profundo y real por la ética en la gestión, por la ética  empresarial y la Responsabilidad Social, desde todas las dimensiones posibles.

Son muchas las frases que me han impactado y me sirven de guía en mi compromiso social, entre ellas me gusta destacar y compartir: “tras los números se encuentran las personas”, “me gusta más hablar con los ojos de la gente que con las piedras anquilosadas” o “el amor es nuestra naturaleza, el miedo es una creación”.         

Eric Vuillard, en ‘La guerra de los pobres,’ una novela que nos puede invitar a pensar en este verano, nos describe el espíritu que animó aquellos valientes a interpelarse y comprender la realidad que les rodeaba. Ayer como hoy a la ciudadanía perpleja que no entiende lo que pasa no se le puede pedir que viva aceptando el anacrónico mensaje de que todo será mejor en la otra vida.

Tenemos que reivindicar con convicción, como en su día nos enseñó Martin Luther King: ¡queremos todos nuestros derechos, y los queremos ahora! Porque deseamos una sociedad sin desigualdades en esta Tierra y el rol de las ONG para este objetivo es esencial porque aportan ese valor desconocido y olvidado de la solidaridad, del bien común, frente al individualismo.