jueves. 28.03.2024

La actividad del sector servicios en España aumentó en julio por sexto mes consecutivo, aunque a un ritmo algo más lento que en junio y con un deterioro de las expectativas de futuro debido a la presión de la inflación.

El índice PMI de S&P Global, que ahora integra a IHS Markit, se situó en 53,8 puntos, por debajo de los 54 de junio, pero por encima de los 50 puntos que separan el crecimiento de la contracción.

Las empresas del sector servicios reportaron un aumento de los pedidos por sexto mes consecutivo, aunque fue "modesto" ante los menores pedidos procedentes del extranjero y la "creciente indecisión" de los clientes.

El aumento de la actividad impulsó la contratación de trabajadores, un aumento de plantilla que suma dieciséis meses consecutivos, de manera que ya hay informes que alertan de problemas para encontrar personal cualificado.

La desaceleración del aumento de los pedidos y la contratación de nuevos empleados permitió a las empresas ponerse prácticamente al día con la carga de trabajo.

A pesar de la buena marcha de la actividad, las empresas de servicios españolas siguieron mostrando su preocupación por la inflación, en especial por la "presión" de las facturas de energía y otros suministros, aunque menos que en meses anteriores.

Este encarecimiento de los suministros, unido en algunos casos a una subida de los salarios, llevó a repercutir cuando fue posible los mayores costes a los clientes, lo que supuso "un fuerte grado de incremento de las tarifas cobradas".

En este entorno, con una constante presión de precios y un entorno político inestable, las empresas de servicios situaron su confianza en el nivel más bajo desde 2020, con un creciente temor a que se produzca una recesión en la segunda mitad del año.

La actividad del sector servicios sigue al alza, pero se desacelera en julio