jueves. 25.04.2024

Paloma Jáudenes espera que los bancos pongan fin al calvario que atraviesa actualmente su empresa Pequeña Moma. La textil de origen cartagenero dispone de cuatro meses para solventar los problemas financieros que la ha llevado a solicitar el preconcurso de acreedores.

 

La falta de liquidez es uno de los problemas a los que se enfrentan miles de empresas en España cuando ahora les toca devolver los créditos del ICO concedidos en 2020 en el año del estallido de la pandemia. Aquellas ayudas a empresas y autónomos para mantener vivo su negocio tras el confinamiento se están volviendo ahora en contra de los propios beneficiarios. Recordemos que el pasado 30 de junio finalizó la moratoria concursal aprobada por el Gobierno de España y los expertos ya avisaron de que se iban a disparar las insolvencias.

 

La subida de precios, el incremento del precio de las materias primas y costes de producción, los pagos de los ICOS, la factura de la energía, el transporte, la escasez de materiales, entre otras cosas, han llevado a la marca de la 'raspa' a esta situación, según ha descrito Jáudenes en sus redes sociales, donde también explica que la situación de la empresa "no va a afectar a proveedores ni a trabajadores. Vamos a sentarnos con los bancos, cuya predisposición es total... En Pequeña Moma aún nos queda oxígeno para una última zambullida".

 

Ahora la empresa dispone de cuatro meses para refinanciar sus deudas y poder darle la vuelta a la crítica situación. Recordemos que el preconcurso es un mecanismo que permite la Ley Concursal, que te ofrece un plazo de cuatro meses para intentar refinanciar la deuda y poder evitar el concurso. En esta fase se inicia la negociación con los acreedores y la dirección de la empresa sigue con el control, aunque se paralizan durante ese periodo cualquier embargo o ejecución. 

 

Paloma Jáudenes confiesa los momentos difíciles por los que atraviesa la empresa y todo el equipo de profesionales que la rodea y asegura que "a lo largo de esta travesía muchos han tirado la toalla. Y es comprensible. En Pequeña Moma también estamos pasando por un momento muy complicado, pero aún nos queda oxígeno para una última zambullida. Y, de momento, ¡nada de tirar la toalla!.

Pequeña Moma espera salvar en cuatro meses la situación económica de sus tiendas