domingo. 12.05.2024

La portavoz del Gobierno regional, Ana Martínez Vidal, ha negado que haya “ninguna ruptura” entre PP y Cs en el seno del Ejecutivo a cuenta de la negociación de los presupuestos que, ha insistido, “va por el buen camino” y está en vías de culminar.

 

Lo ha dicho en la rueda de prensa posterior al Consejo de Gobierno tras las posturas encontradas que han manifestado esta semana populares y naranjas en relación con el denominado 'pin parental', una de la condiciones que Vox pone sobre la mesa para apoyar las cuentas públicas.

 

El consejero de Hacienda, Javier Celdrán, aseguró el martes que asumirían que los centros escolares recaben el consentimiento de las familias para que los menores asistan a actividades impartidas por personal ajeno al claustro, mientras que la vicepresidenta, Isabel Franco, dijo un día más tarde que esa era una “línea roja” para su partido.

 

Martínez Vidal ha insistido en que ese consentimiento familiar, que Vox también impuso como condición para apoyar la investidura de Fernando López Miras como presidente, ya está vigente en la comunidad autónoma desde el pasado mes de septiembre a través de una instrucción de la Consejería de Educación.

 

La postura al respecto de Ciudadanos, ha dicho, ha sido decidida por la gestora que se hace cargo de la dirección del partido y se dará a conocer este mediodía en rueda de prensa, por lo que ha pedido “respeto” para que cada grupo parlamentario pueda llevar adelante la negociación en el momento que considere oportuno.

 

En ese sentido, ha pedido “lealtad y cooperación” a todos los grupos parlamentarios para que las cuentas puedan salir adelante, como es la intención del Ejecutivo, lo que ha confiado en que sucederá, al igual que se pactó la formación del Gobierno y la investidura.

 

Preguntada sobre si ha habido algún giro en las negociaciones, que la semana pasada parecían prácticamente ultimadas, ha asegurado que “no ha pasado absolutamente nada”, como tampoco en el seno de Cs que, ha dicho, “está más unido que nunca”.

El pin parental tensa la negociación de los presupuestos