viernes. 29.03.2024

Decenas de apicultores se han manifestado este martes frente a la sede de la Delegación del Gobierno central en Murcia para pedir ayudas directas que hagan reflotar el sector que, aseguran, no es sostenible con los actuales costes de producción de una miel que ni siquiera llega a venderse por la fuerte competencia de la importada de terceros países.

Se trata de la primera de las movilizaciones que la asociación agraria COAG ha convocado en ocho comunidades autónomas para alertar de la dura situación que atraviesa este sector que ha quedado fuera de las ayudas articuladas para paliar las crisis derivada de la guerra en Ucrania, según ha explicado a los medios de comunicación el responsable murciano de Apicultura de la entidad, Carlos Zafra.

Él mismo ha protagonizado una “performance” en la que otro apicultor le ha rociado con un cubo de miel, mientras que el resto de manifestantes, ataviados con sus ropas de trabajo y sus caretas de protección, llenaban de humo la protesta con sus ahumadores.

“Hay que pringarse por los apicultores, por este sector que está totalmente en coma”, ha subrayado, y ha advertido de que si las administraciones públicas no articulan ayudas y medidas de apoyo, muchas explotaciones, tanto en la comunidad autónoma como en toda España, se verán abocadas al cierre porque “están sufriendo una de las mayores crisis de la última década”.

La crítica situación, ha dicho, se debe en parte a que el sector “está totalmente discriminado” en la recepción de los fondos que se han liberado para paliar las consecuencias de la guerra en Ucrania, quedando fuera, por ejemplo, de la ayuda de 20 céntimos por litro de gasóleo que sí reciben otros agricultores y ganaderos.

La ausencia de esta ayuda es una de las principales reivindicaciones que repetían los manifestantes a los periodistas, ya que no se explican por qué un oficio que requiere de la transumacia y de desplazamientos constantes ha quedado fuera de la bonificación.

“En los años malos, de sequía [como ha sido 2022], los apicultores nos tenemos que mover más para salvar las explotaciones, tenemos que trasladar las colmenas por toda España, gastamos mucho gasoil y no se nos ayuda”, explicaba uno de los apicultores participantes en la protesta, José Carlos Cantero.

Para su compañero José García, “cuanto peor es el año, más kilómetros haya que hacer y este año, con sequía en toda la península, hemos dado palos de ciego, no hemos sacado miel y la poca que hay no la podemos vender”.

Esa paralización de las ventas la explica Zafra porque 2022 fue “récord en importaciones”: con los costes de producción duplicados e incluso triplicados, sacar un kilo de miel en España puede rozar los 4 euros de precio, pero no hay un precio de venta porque “no hay mayoristas que compren nuestra miel”.

Por eso, ha pedido a los consumidores que sean “críticos” y se paren a “mirar las etiquetas” para consumir miel nacional.

Esa misma sensibilidad reclamaba de los compradores José García, que ha advertido de que “un kilo de miel que no se consume en España es una colmena que deja de polinizar, con las consiguientes consecuencias para el medio ambiente y la biodiversidad.

“Contra la globalización no se puede luchar, pero sí se puede diferenciar la miel nacional de lo que viene de fuera, no se puede engañar al consumidor”, ha reclamado.

Los apicultores seguirán manifestándose en los próximos días por diferentes puntos de España, en concreto en Sevilla y Santander el 1 de febrero, en Valencia el día 2, en Oviedo el 3, en León el 6 en Tarragona y Zaragoza el 10. 

Los apicultores protestan por los altos costes y la competencia de terceros países