Tengo un amigo, cartagenero y economista, con el que he compartido algunas conversaciones a la orilla del mar este verano. Le pregunto que cómo ve la cosa y le pido que me dé ánimos para afrontar la ‘vuelta al cole’, que para mí llega este lunes, y me dice que "va a ser que no". "Si lo que has visto hasta ahora te ha parecido jodido, espera a que llegue noviembre", presagia.
"En noviembre empiezan a vencer los aplazamientos, es cuando hay que empezar a pagar los ICO, cuando terminan muchas de las protecciones de los ERTE, es decir, cuando muchos empezarán a despedir empleados... ahí es cuando llegará el problema. No el de ahora, el de verdad”, me recuerda.
Uno, que mira a su alrededor y sólo ve caras de preocupación donde no hay carteles de ‘Se alquila’, no sabe qué pensar.
Nos acompaña otro amigo, que tiene una empresa relacionada con el sector agrícola, que asiente y que asegura que "vamos a salir de ésta con la economía de Marruecos".
Para terminar de animarme de cara al regreso, el 24 Horas repite sin parar las palabras de la consejera de Sanidad vasca, Nekane Murga. Dice que "estamos ante un posible nuevo tsunami".
OCIO NOCTURNO. Reflexionamos sobre todo esto mientras escuchamos desde el balcón de nuestro refugio veraniego en la mazarronera Playa de la Isla cómo triunfa (esto no es novedad) nuestro querido Oché en el cercano chiringuito de esa playa. Ya está en vigor, como anunció el ministro Illa y refrendó el BORM, el nuevo cierre de todos los locales del ocio nocturno, entre otras cosas. Y nos preguntamos que de qué van a vivir los dueños, encargados, camareros, DJ, etc., a los que da de comer ese sector. Ellos no lo saben.
Sobre lo del tabaco, los tres prometemos que de esta lo dejamos. Veremos lo que nos dura.