La Región de Murcia sale mal parada en los Presupuestos Generales del Estado

Tiene a veces uno la sensación, que más bien es certeza, de que nuestra región vive dentro de un bucle pernicioso del que resulta muy complicado salir.

 

Ponemos voluntad, unos más que otros, pero el hecho de encontrarnos en una comunidad periférica, mal comunidad y con escaso o nulo peso político en la capital de España nos arrastra a este 'deja vu' que nos ofrece un retrato de nosotros mismos demandando años tras año las mismas cosas.

 

Recientemente hicimos público el informe de CROEM sobre los Presupuestos Generales del Estado en la Región de Murcia para la presente anualidad. Las partidas que guarda el Gobierno central para esta rincón del sureste son fiel reflejo de lo expuesto al arranque de este texto. Las escasas inversiones, los notables retrasos en capítulos importantes y la descompensación entre las necesidades económicas y sociales reales y el dinero que se destina a satisfacerlas no ofrecen un panorama halagüeño.

 

La Región de Murcia resulta una vez más muy perjudicada con esos 272,6 M€ consignados, casi un 20% menos que el año pasado y el peor nivel inversor del Estado, al menos de la última década, en la Región de Murcia.

 

Dos datos ilustran esta última afirmación. En 2011 el presupuesto del Estado para la región fue de 526 millones y en 2010, 732. Muy lejos quedan por tanto los 272 de este año pese a que somos conscientes de que las cuentas del Estado están condicionadas por el objetivo déficit que marca la Unión Europea.

 

Lo que parece ya evidente es que según la zona de España de la que hablemos, ese objetivo pesa más o menos. Por ejemplo, en Cataluña, en el País Vasco o en las Islas Canarias, por ejemplo, el objetivo de déficit no condiciona el dinero destinado. En esta región sí. Ya sabemos que son otras claves y otros intereses los que priman en estos casos, pero el Gobierno se convierte así en cómplice de la España de dos velocidades.

 

Y como sucediera en años anteriores, muchas de las inversiones previstas para este año son partidas presupuestadas en anualidades pasadas. De hecho, desde 2006 las empresas públicas estatales solo han invertido poco más de 2.500 millones de los 4.410 presupuestarios. Es decir, desde 2006 hasta ahora se han quedado en el camino 1.871 millones de euros, el 42% de lo presupuestado.

 

Casi la mitad de la inversión del Estado durante este año se la llevarán las infraestructuras ferroviarias, entre las que destacan los 105 M€ destinados a la llegada de la Alta Velocidad a la ciudad de Murcia. Y esta es, precisamente, la mayor evidencia de esos retrasos que citaba antes. Si se hubieran cumplido los plazos, esta inversión no se tendría que estar produciendo en 2017. Cabe recordar que esta región es la única de las que firmaron el famoso Pacto de San Esteban de 2001 que aún no cuenta con AVE, y parece que tendremos que esperar hasta mediados de 2018 para ello. Sin obviar que hasta que la Alta Velocidad llegue a Murcia, Cartagena y Lorca, no diremos que esta región cuenta con AVE. Más bien al contrario, lo que sí podemos afirmar con total rotundidad y convencimiento es que la realidad ferroviaria regional es una calamidad.

 

Por lo que respecta a otras partidas de interés, solo el tramo Jumilla-Yecla de la Autovía del Altiplano estará operativo en un plazo razonable, de acuerdo con las previsiones viarias. Para los demás proyectos de autovía, más demoras, sobre todo en las autovías del Reguerón y la Zeneta-Santomera. Otros proyectos, como los Arcos Norte y Noroeste de Murcia, están directamente excluidos.

 

Y lo mismo se puede apuntar en otros de los frentes abiertos habituales, la falta de recursos hídricos, con una presencia testimonial en los Presupuestos si lo comparamos con otras anualidades. No hay proyectos que tomen el relevo a las desalinizadoras, que encima no trabajan a pleno rendimiento; y se acumulan graves retrasos en la ejecución de las medidas derivadas con el Decreto de Sequía. Así seguiremos mientras no se impulse la que sería la solución definitiva a esta historia de nunca acabar, aprobar un Pacto Nacional del Agua que dotase de las infraestructuras necesarias tanto a los territorios donde sobra el agua como a los territorios donde falta.

 

En lo positivo, el aumento de las inversiones portuarias, aunque se eche de menos más apoyo a nuestro principal proyecto estratégico, el nuevo puerto de El Gorguel. Aquí también seguiremos pidiendo al Gobierno central que se moje porque es imprescindible que declare la obra de interés nacional para poder avanzar. Y también destaco como positivo de las cuentas del Estado en la Región de Murcia los avances experimentados, aunque a paso pausado, en la regeneración de la Bahía de Portmán y en la variante de Camarillas, eso sí, sin desdoblamiento de vías.

 

Así las cosas, en lo que queda de legislatura, tanto el Gobierno regional como nuestros representantes en Madrid saben que se tienen que fajar para corregir todo lo posible unas cuentas tan alejadas de la realidad de la Región de Murcia.

 

Los empresarios tenemos claras las prioridades:

  • No hay ya excusas para abordar el desdoblamiento y la electrificación de la línea convencional hasta Albacete, y de acometer las circunvalaciones ferroviarias de Murcia, Alcantarilla y Las Torres de Cotillas.

  • Se debe completar lo antes posible el Corredor Mediterráneo en los términos expuestos por la asociación FERRMED.
  • La llegada de un AVE en condiciones a las principales ciudades murcianas, con criterios de total transparencia, es imperativa.

  • Del mismo modo, se deben finalizar las autovías que acumulan más retrasos: la del Reguerón, la anteriormente conocida como “autovía del Bancal” y los arcos norte y noroeste de la capital.

  • Cumplir el compromiso electoral de cerrar un Pacto Nacional del Agua que resuelva los problemas estructurales de la Agricultura.

  • Y, mientras tanto, garantizar de manera estable los recursos hídricos necesarios en condiciones aceptables de tiempo y coste, que permitan afrontar la excepcional coyuntura actual y que eviten tener que estar prorrogando, año tras año, el decreto de sequía. En este sentido, es necesario seguir la máxima de MÁS AGUA, MENOS PRECIO: tener a pleno rendimiento las desalinizadoras (en especial la de Torrevieja) y reducir el precio del agua desalada; y plantear un decreto permanente contra la sequía que evite estar renovándolo anualmente.

  • Por otra parte, acelerar las actuaciones que permitan la recuperación del Mar Menor y la regeneración de Portmán.

  • Definir claramente qué hoja de ruta se pretende seguir con El Gorguel.   

  • Establecer un necesario compromiso con la completa rehabilitación de Lorca.

  • Y finalmente, y en términos más generales,  será de vital importancia que se cumpla con la Ley de PGE y que las cantidades  presupuestadas acaben finalmente ejecutándose.

 

Seremos reivindicativos y muy exigentes para que estas peticiones no caigan en saco roto porque no podemos permitirnos seguir perdiendo competitividad por tener unas infraestructuras de cuarta categoría; por no contar con recursos básicos suficientes, siendo como somos potencia en el sector agroalimentario; y, en definitiva, porque en estas condiciones se nos hace imposible avanzar en un modelo productivo que potencie nuestras fortalezas y al mismo tiempo nos permita diversificar la economía regional.