El gran dilema del sector turístico

 

El sector turístico se enfrenta a un gran dilema en los próximos años. Este dilema pasa por responder a estas dos preguntas: ¿Aceptamos toda la demanda turística dirigida en todo nuestro territorio? ¿Queremos realmente adoptar medidas para restringir esta gran demanda a pesar que ello implique un coste de oportunidad que nos pueda afectar a largo plazo?

 

Está más que claro que cuando las cosas van muy bien uno se crece, uno se hace querer y uno se hace valorar. Esto es lo que nos está pasando en España y en lugares como Baleares o Barcelona en concreto. Ahora bien, como ya he dicho en esta sección en otras ocasiones, tengo un ejemplo muy claro que conozco de primera mano.



En Ibiza ya existe una sobrevaloración del sector turístico que nos está haciendo mella. El resultado es patente. Estamos viendo hoteles y chiringuitos menos llenos que en anteriores temporadas y esto se debe a un alza excesiva en los precios. Hay que encontrar un equilibrio entre demanda y oferta.



Ya anticipo lo siguiente. Es casi seguro que el año que viene si se quiere mantener el actual de ocupación hotelera se tendrá que bajar precios. No olvidemos que el turista en general y cada vez más el de clase media nacional está buscando destinos alternativos como las Islas Griegas.



No olvidemos por un momento que estamos viviendo situación turística excepcional derivada una tensión geopolítica enorme en destinos turísticos tradicionales de gran potencia en el Mediterráneo y cercanías como el Magreb, Egipto o Jordania.



En el momento en que se relaje esta tensión, y esperemos que por el bien del mundo sea más pronto que tarde, habrá una gran bolsa de turistas que se dirigirán a estos destinos competidores.



Retrocedamos ahora hacia el concepto de ocupación hotelera. Personalmente considero injusto que siempre que hablamos del sector turístico solo lo relacionemos con la ocupación.



Ello indirectamente me lleva a plantearme una pregunta más ahora que tenemos el debate servido sobre la mesa ¿Qué pasará si realmente se restringe drásticamente el alquiler vacacional?



Respuesta: Que van a sobrar restaurantes, van a sobrar chiringuitos, van a sobrar servicios y a la larga se incrementará el desempleo y se reducirá el atractivo global de la isla. También el comercio se verá afectado por que un gran porcentaje de sus ventas vienen condicionadas por esta demanda vacacional.



Particularmente pienso que el sector del alquiler se tiene que regular y controlar pero también los hoteleros en este caso deberían entender que la oferta legal es una riqueza destacada para el sector turístico.



Entendamos bien que parte del éxito turístico tiene que residir en ofrecer unos servicios adecuados a la demanda y a los precios que se exigen. Para muestra,  un botón. Es dramático pasearse por las calles de Ibiza en verano y no encontrar ni un taxi libre. Es dramático llamar a la centralita y tener 150 peticiones antes que la tuya en lista de espera.



Si queremos unas islas más sostenibles es evidente que debemos reducir los coches de alquiler circulando por las carreteras pero para llegar a este punto antes debemos hacer un largo camino. Hay que tener una red de transporte público como corresponde. Deben existir carriles bici. Debemos incentivar el transporte eléctrico y en especial en bicicleta. Mirémonos en Barcelona como espejo.



Resumiendo todo lo anteriormente dicho. Ni antes eramos tan malos ni ahora somos tan buenos. No pensemos que esto durará eternamente. No pensemos en cortísimo plazo miremos mas lejos si queremos que Baleares o Barcelona o nuestro país puedan seguir siendo una referencia en el turismo mundial.