Vivimos unos momentos en los que se ha puesto sobre la mesa un tema que ha sido tan delicado en estos años como el de los salarios y su valoración.
Seguramente todos coincidiremos en que la recuperación salarial es una de las cuestiones determinantes que se tienen que abordar de forma inmediata y que genera una gran preocupación porque, entre otras cosas, afecta a todo el mundo.
Nadie puede cuestionar que se ha producido un reajuste importante en los sueldos desde los inicios de la crisis. Los trabajadores han tenido que realizar importantes sacrificios para que muchas empresas tuvieran viabilidad. Ahora bién, una vez salidos de la crisis y en un momento en que los beneficios empresariales están creciendo de forma importante la recuperación salarial no ha seguido la misma senda.
En este sentido sería altamente positivo que el empresario tenga muy claro la diferencia que existe entre coste e inversión. Pagar adecuadamente a un trabajador no se trata de un coste como se plantea en muchos casos. Contrariamente, es una inversión muy potente. Se trata de valorar el conocimiento que tienen tus trabajadores, estimular su motivación y generar un sentimiento de fidelidad elevada.
Por lo tanto hemos llegado al punto en el que, si o si, se tendría que contemplar un incremento de los salarios. Puede que este aumento deba ir relacionado también con un cambio en el modelo o la forma en que se conciben las remuneraciones al personal.
Tenemos que incorporar el concepto de productividad y objetivos. Los salarios deben tener una parte variable a la que el trabajador pueda acceder en función de su buena labor.
Lo que es incuestionable ya es que ha llegado la hora de que la gente se sienta valorada profesionalmente. Al fin y al cabo ganará todo el sistema con esta revalorización. Sueldos más altos implica mayor capital en circulación en la economía y ello supone mayor capacidad de consumo. Finalmente este consumo conducirá a un necesario aumento de la producción, a la creación de más puestos de trabajo y a la reducción del paro.
Otra cosa muy diferente es el caso de los trabajadores públicos que ahora inician su negociación colectiva con el Gobierno. Estos trabajadores, a pesar de sus sacrificios, han sido los menos damnificados por la crisis. Existe una diferencia enorme entre los sueldos de la empresa privada y los del sector público. También debe replantearse la necesidad de que la curva se armonice y se ajuste en favor de los trabajadores de la empresa privada.