jueves. 25.04.2024

Industrias David, ¡qué máquinas!

Conocemos de cerca a Francisco José López Martínez, el CEO de una compañía que lleva desde el año 1915 revolucionando con su innovación el sector de la maquinaria agrícola

Cada vez más creo que los empresarios que conozco -o, mejor dicho, que vamos conociendo de cerca en esta sección de Los Mejores-, son los nuevos Quijotes, gente ‘normal’ pero con un interior valiente, joven, ilusionado, con todo por hacer, claves que detecto que se van repitiendo en estos buenos líderes.

 

Si miramos a sus empresas, vemos que también comparten algunas características: tienen mucho potencial, entre 100 y 200 personas en sus equipos (lo que les permite conocerlos de cerca y hasta por sus nombres). Y siempre son líderes al servicio de los demás. Es aquí donde tengo el placer de conocer a Francisco José López Martínez, CEO de Industrias David (ID David). Le encuentro en su fábrica, mientras prueba una máquina en pleno proceso de desarrollo, hablando con gente de su equipo, a pie de campo, y uniformado al igual que el resto de los trabajadores. “Todos somos Industrias David, desde el CEO, pasando por su predecesor, y llegando a todos los trabajadores”, explica. Podríamos decir que estamos frente a una pyme, por su tamaño y número de empleados, por su ámbito en la innovación, por la facturación y desde mi punto de vista por ser una empresa que no tiene fronteras.

 

Ya en su despacho, me hace sitio en una mesa llena de trabajo, y con paredes de cristal a través de las que vemos a un lado a su hermano y director comercial, y al otro, una reunión sobre temas de comunicación. Y es que su empresa refleja lo que es, transparencia, cercanía, sostenibilidad y otras muchas cosas que ahora veremos.

 

Le agradezco que nos haya hecho hueco en su agenda para conocerle a él y a su empresa, y también para comentar lo apasionante que es guiar el destino de una empresa. Así comienza la charla. Se acomoda en su silla de trabajo y con rapidez confirma eso de que es necesario que las empresas sean un punto fuerte en la sociedad pues “son las que generan la riqueza en la sociedad”.

 

Francisco me cuenta el origen del nombre de la empresa. David era el fundador de la empresa, que nació como una herrería en 1915 para luego pasar por una refundación con la entrada de su padre en la sociedad, “y luego con mi entrada en la empresa y posteriormente con la de mi hermano Javier”.

 

MACARENA PERONA. ¿Cómo se lleva una empresa familiar con más de 100 años de antigüedad con la innovación, la globalización, la sostenibilidad y los mercados actuales de tan rápido cambio?

FRANCISCO JOSÉ. ID David siempre apostó por la modernización y la internacionalización con apertura a mercados que quizá podía pensarse eran complejos o lejanos, pero se tomaban como retos para crecer, para adaptarse a los clientes y a las circunstancias de cada momento. Esta ha sido la línea maestra de la empresa y luego los pasos que hemos querido seguir con el cambio de generación en ID David.

 

MP. Al llegar he podido visitar la zona de almacén, de stock y de montaje, me decían que cada máquina que sale por la puerta de ID David es diferente a cualquier otra, personalizada, ¿es esa la magia de ID David?

FJ. En parte sí, nuestra máxima es escuchar al cliente y no trabajar con el ‘push’ sino con el 'pull' (empujar/tirar). Son dos filosofías completamente opuestas, y en nuestro caso nuestra apuesta nos ha otorgado la posibilidad de ir por delante en el mercado de la maquinaria.

Trabajamos siempre bajo pedido de nuestros clientes, atendiendo a sus necesidades, adaptando cada modelo y customizando al caso concreto su máquina para cada sector, época del año, tipo de cultivo, hemisferio Norte o Sur... Es muy importante para nosotros atender al cliente dentro de su radio de actividad y con cercanía.

 

MP. Sí, pero, ¿cómo se consigue estar cerca del cliente, cuando se vende en más de 50 países y se está a pie de fábrica, conociendo a todo el equipo y desarrollando nuevos prototipos según las tendencias del mercado?

FJ. Se consigue con equipo. Tenemos un departamento comercial muy potente. Por cierto, anteriormente yo mismo trabajé en él, aunque ahora tenga una posición más estratégica. En estos momentos es mi hermano Javier, quien lo lidera y junto a él, dos personas más, un responsable para España y otro internacional. Hace más de 5 años ideamos un cambio en nuestra distribución y junto a nuestros partners hemos conseguido afianzar nuestra marca en el mercado y casi sin competencia damos cobertura industrial a toda la agricultura de alto valor (vid, olivo, almendro, pistacho, cítricos, fruta de hueso, entre otros). Nuestra idea fue no alejarnos del agricultor o del productor, sino acercarnos más, generando un vínculo en cada uno de nuestros puntos de distribución.

 

“Se consigue, además, apostando por la formación” …, y lo dice mientras coge el bolígrafo para dibujar un mapa de la península. En él pone ejemplos de cómo reducen los costes de logística para sus clientes, fortalecen lazos con los puntos de distribución o incluso con delegaciones internacionales en el conocimiento compartido sobre la atención a clientes. Gracias a estas valiosas lecciones hacen brillar los avances en su maquinaria. Es decir, con la gestión de las personas hacen crecer a la empresa, trasladando la opinión de los clientes a quienes toman las decisiones para ser siempre mejor internamente.

 

Le preguntamos por su salto mundial y la forma en la que siguen establecidos en una ciudad de frontera, a menos de 100 kilómetros de Albacete, de Alicante, de Murcia, de Valencia, que la hace única, pues su enclave les hace seguir de cerca a multitud de clientes y diferentes tipos de cultivos… además de ser una ciudad de gran industria como es Yecla.

 

FJ. Sin duda esta es nuestra tierra. No hemos pensado en irnos, pues nuestra posición geográfica nos permite mantener el tacto con los clientes al tiempo que nos ha permitido crecer. Es habitual que a diario en ID David se hablen 5 o 6 idiomas, con una plantilla al 90% muy cualificada, con perfiles formadísimos entre los que tenemos ingenieros de todas las especialidades. La colaboración con la agricultura se hace imprescindible para conocer la trayectoria de nuestros clientes. Es algo que aprendimos de mi padre, y hoy seguimos acudiendo a fincas de clientes para ver in situ las peticiones de mejora continua que nos solicitan.

 

MP. ¿Habéis saltado a la agricultura en alguna ocasión?

FJ. Justo ahora acabamos de hacerlo para un campo de pruebas, en colaboración con otros socios estratégicos como la UPCT, empresas especializadas en la ecología y la tecnología con un cultivo específico de almendro. Es la mejor forma de estar a la última en las necesidades de ellos, palpar de cerca el sector. Lo mismo ocurre con otros cultivos como la vid y el olivo. Nuestra relación con los agricultores ha sido históricamente muy fuerte, y eso nos ha permitido mejorar como empresa.

 

MP. ¿Cómo crees que las nuevas circunstancias como la guerra, el covid, y las políticas tributarias azotan a las empresas? ¿Qué futuro próximo tienen las industrias como la vuestra?

FJ. Como es lógico la guerra y tantos otros ‘cisnes negros’ que están apareciendo en los últimos años obligan a reformular continuamente las estrategias de empresas como la nuestra, proveedoras del sector primario, y sobre todo centrada en cultivos de alto valor y ecológicos. De ahí que apostemos fuertemente por mercados como el europeo, por su apuesta por la sostenibilidad, trazabilidad y la ecología, pero también por el norteamericano por su potencial de crecimiento y a la vez su escasa tecnificación en este tipo de cultivos. Obviamente podemos equivocarnos, aunque de momento no es eso lo que nos arrojan los datos internos.

 

Y es que Francisco tiene clarísima su posición en el mercado, quienes son y a dónde quieren llegar, a qué mercados no pueden acudir de momento, como el continente asiático, por su todavía agricultura tradicional. También sabe dónde debe estar su producto digitalizado, innovador y sin competencia, que la ha llevado entre otras razones a ser escogida como empresa Cepyme 500 en este mismo 2022.

 

ID David es una empresa que se alimenta con sus valores, en la que sus nuevas instalaciones son domotizadas, se calcula el ahorro de materias primas, y los costes energéticos se reducen con las energías renovables. Su plantilla es local, y siguen siendo de su tierra, desde Yecla para el mundo. Una empresa que apostó por el verdadero cambio con la digitalización y el talento, con cercanía y humildad, en la que sus líderes son capaces de mirar con luces largas. Aun a pesar de las proposiciones recibidas, tienen claro el camino: “queremos seguir mejorando, creciendo y divirtiéndonos”. Y advierte que “debemos pasárnoslo bien haciendo cada reto, cada propósito, pues el día que no lo hagamos así, seguramente es que no lo estemos haciendo tan bien como deberíamos”.

 

Pero no ha llegado ese día: quieren seguir haciendo industria y consiguiendo que muchas familias, empresas y el propio sector de la agricultura sea más potente y profesionalizado, rentable y audaz. “Si conseguimos todo eso estaremos alineados con la misión de nuestra empresa y entonces estaremos haciéndolo bien”. ¿Qué más se puede añadir? Solo, ¡qué máquinas!

Industrias David, ¡qué máquinas!