Parece surrealista que, después de cinco meses desde la suspensión de las clases, nos encontremos a a quince días vista del comienzo de curso y todavía no haya unas medidas firmes y concretas a pesar de que tanto asociaciones de profesores como de padres insisten en su necesidad. Los motivos de esta inacción los podemos intuir, aunque no debo realizar aquí especulaciones que crispen más los ánimos sino todo lo contrario, mi intención es aportar una serie de medidas que estimo necesarias para una apertura de los centros educativos con garantías. Parece inevitable,por los datos que recibimos cada día sobre la evolución de la pandemia, que tal y como está prevista la vuelta al cole, en pocos días veremos aulas y colegios enteros en cuarentena o confinados.
A continuación propongo una batería de medidas provisionales que deberían entrar en vigor en septiembre, ser revisadas mensualmente y replanteadas en diciembre para anular aquellas que ya no sean necesarias:
- Supresión de comedores escolares con la excepción de aquellos alumnos que estén disfrutando de una beca de comedor o que se encuentren en situación de riesgo social o familiar, previo informe del centro y/o servicios sociales.
- Implantar jornada continua obligatoria en todos las etapas educativas.
- Reducción de carga lectiva, priorizando las materias instrumentales.
- Incorporación por fases de los alumnos a los centros. En primer lugar entrarían los alumnos de Bachiller ya que son los más responsables y conscientes de la gravedad de la situación por su edad, con las medidas higiénicas pertinentes. Cada quince días ir incorporando etapas educativas, de manera que si se produce un brote nada más empezar, afecte al mínimo de alumnos. De esta forma ponemos a prueba con un numero reducido de alumnos la idoneidad de las medidas adoptadas, teniendo la posibilidad de corregir los errores cometidos.
- Los alumnos de Infantil y Primaria son el sector más critico ya que necesitan estar supervisados por un adulto en caso de confinamiento. Actualmente, se encuentran en contacto con su núcleo familiar, por tanto deberíamos aprovechar esta red social mientras no les llega su turno y realizar su incorporación de forma inversa, de mayor a menor, y con mucha precaución ya que una vez efectuado el contacto masivo con sus iguales son fuente de contagio y una amenaza para la salud de los abuelos y cuidadores con patologías previas y en caso de confinamiento no se podrían utilizar estos recursos con el consiguiente perjuicio para la conciliación familiar.
- Los alumnos de Educación especial deben tener garantizada su asistencia a los centros para recibir un mínimo de sesiones semanales de forma individual o en grupos muy reducidos. Estos alumnos sufren un grave perjuicio cuando se les priva de sus tratamientos y de su rutina, no les podemos privar de una asistencia que en la mayoría de los casos lleva implícito deterioro cognitivo.
- Los alumnos con dificultades de aprendizaje,igualmente, deben tener garantizados los apoyos presenciales en grupos reducidos como se realizan habitualmente.
- La acción tutorial debe estar reforzada, con el seguimiento individual de cada alumno, así como de su situación familiar.
- Los profesores que pertenecen a algún grupo de riesgo deben ser relegados a tareas de apoyo, tutoría y enseñanza on line, de manera que no entren en contacto con el gran grupo.
Esta batería de medidas lleva implícita la concepción de que las medidas no deben ser uniformes en todo el sector, sino que debemos enfocarlas por edades, necesidades educativas, sociales, familiares y económicas. De esa manera podremos atender las necesidades que vayamos detectando con el objetivo de que el impacto de esta maldita pandemia sea el menor posible y no aumente las brechas ya existentes.
Ahora más que nunca, debemos apelar a la solidaridad y buenos sentimientos de todos y volcarnos con quién más lo necesita para compensar las dificultades estructurales de la sociedad y poder continuar con el curso, independientemente de que lo hagamos on line, presencial o híbrido; lo que no debemos consentir bajo ningún concepto es otro curso de aprobados generales de antemano y buenas notas para todos sin avanzar materia. Eso no es garantizar el derecho a la educación, es tapar nuestra incompetencia y falta de recursos para abordar este tremendo e inesperado problema sanitario.