Las recientes restricciones de la India a las exportaciones de arroz podrían desencadenar un repunte de los precios tras más de una década de estabilidad, en un entorno en el que la producción mundial se encuentra en caída y la demanda en aumento.
Las lluvias monzónicas han afectado a la plantación de arroz en la India, lo que provocó que las autoridades del país restringieran las exportaciones en septiembre. Además, las inundaciones han reducido la producción en Pakistán a la vez que el consumo ha aumentado en los principales importadores como Bangladesh y Filipinas. Por todo ello, se espera que la demanda mundial supere la producción en 2023.
Esto es un grave problema para los países asiáticos y africanos que utilizan el arroz como alimento básico, algunos de los cuales importan hasta el 60% de su demanda.
Desde que India, el mayor exportador de arroz del mundo, prohibiese las exportaciones de arroz partido y aplicase un impuesto de exportación del 20% a algunas variedades que no son basmati, los precios mundiales del arroz se han disparado más de un 10%. El mes pasado, el índice mundial de precios del arroz de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación subió un 2,2%, alcanzando un máximo de 18 meses.
Los gobiernos de todo el mundo ya se esforzaban por controlar la inflación de los alimentos tras el efecto de la pandemia sobre las cadenas de suministro y, posteriormente, la invasión de Rusia en Ucrania, que retiró millones de toneladas de alimentos de los mercados mundiales, lo que hizo que la inflación alcanzara un récord a principios de este año.
El arroz, a diferencia del trigo, estaba aislado de la guerra entre Rusia y Ucrania, ya que ninguno de los dos países es un gran productor, y los suministros del grano se habían mantenido relativamente estables.
Ahora, sin embargo, los principales exportadores, Tailandia y Vietnam, cuentan con inventarios insuficientes para compensar el freno a las exportaciones de la India y las pérdidas generalizadas de producción. Los inventarios mundiales de arroz podrían caer a su nivel más bajo en al menos cinco años en 2023.
Dado que India representa el 40% del comercio mundial, no es fácil reemplazar esta cuota mientras la demanda de los principales importadores está en aumento.
Por otro lado, el Departamento de Agricultura de Estados Unidos (USDA) ha recortado su estimación de producción mundial de arroz para 2022/23 a 508 millones de toneladas, la más baja en cuatro años. Hace apenas un mes, la agencia esperaba una producción de 512 millones de toneladas para ese año.
No obstantes, el descenso podría ser mayor, hasta los 500 millones de toneladas, debido a las condiciones meteorológicas extremas que amenazan el rendimiento de las cosechas en países como China, India, Bangladesh y Pakistán.
En la India, las condiciones meteorológicas de sequía retrasaron la siembra de arroz, y muchos agricultores no plantaron la cosecha. Posteriormente, las lluvias torrenciales dañaron los arrozales en proceso de maduración.
La producción de arroz sembrado en verano en la India se reducirá probablemente a 105 millones de toneladas en 2022/23, un 6% menos, según declaraciones del Ministerio de Agricultura indio en septiembre.
Por otro lado, la producción de arroz en China, mayor consumidor, podría caer un 2,9% respecto a hace un año, hasta 206 millones de toneladas, debido a las altas temperaturas y a la sequía en algunas regiones arroceras.
Se trata de un gran cambio con respecto al año pasado, cuando el récord de exportaciones de arroz de la India, con 21,2 millones de toneladas, contribuyó a limitar los precios mundiales.
Tras el freno de septiembre, las exportaciones de arroz de la India se reducirán en torno a un 25% este año.
Las restricciones a la exportación de la India han ayudado a los proveedores rivales, Vietnam, Tailandia y Myanmar, a aumentar sus ventas, pero tienen un excedente limitado de existencias para la exportación, de unos 43 millones de toneladas, como el año pasado. Así mismo, la vecina Tailandia aspira a exportar 7,5 millones de toneladas este año, un 7% más que el año anterior.
Ambos países no pueden añadir más de 2 millones de toneladas adicionales de arroz para llenar el vacío dejado por la India.
Mientras tanto, Pakistán no puede aprovechar las restricciones a las exportaciones de la India, después de que las graves inundaciones asolaran su cosecha. Su producción de arroz podría caer un 18%, hasta los 7,4 millones de toneladas, según el USDA.
Otros productores asiáticos, como China, Bangladesh y Filipinas, se vieron afectados, al igual que la India, por condiciones meteorológicas desfavorables, como sequías, inundaciones, tifones y ciclones.
En conclusión, este desfavorable conjunto de acontecimientos en Asia afectará gravemente a los consumidores de muchas partes del mundo y especialmente a los que tienen menos recursos.