martes. 23.04.2024

El efecto de la inflación ya se deja notar en la caída de la demanda en los supermercados, ya que, según datos de la consultora Nielsen, los españoles redujeron en enero pasado un 3,8% la compra de alimentos y un 4,5% la de bebidas, un sector que también registra un retroceso idéntico en valor.

Entre los productos que recortan más su demanda aparece el aceite, con una caída del 14,5%; los alimentos infantiles, con un 11,5% menos; y azúcar y edulcorantes, que reducen su volumen de venta en un 8,6%, ha detallado la consultora en un comunicado.

Hay crecimientos positivos en la demanda de charcutería, con un 2,7% más de ventas en volumen respecto a enero de 2022; las verduras congeladas, con un 2,3% más; la panadería industrial y las golosinas, con sendos incrementos del 1,7%; o las pastas, del 1%.

Las ventas totales de bienes de consumo en las cestas de la compra españolas en el mes de enero de 2023 se incrementaron un 10,5%, respecto a lo que nos gastamos un año antes, con un crecimiento del 15,5% en precio y un destacado retroceso en volumen del 4,4%.

La alimentación fue el sector que mayor desembolso supuso para los españoles, con un crecimiento interanual de las ventas en valor del 12%; mientas que las ventas en volumen registraron una disminución del 3,8%, lo que supone un incremento en el precio del 16,5%, frente a enero de 2022.

Le sigue droguería y perfumería, con un aumento del gasto del 10,1%, al tiempo que la demanda sufre una disminución del 5,2%, con un crecimiento en el precio promedio en los mismos términos que el capítulo anterior, un 16,5%.

Sin embargo, bebidas desacelera su evolución en valor, alcanzando un incremento del 4,5%, aunque también sufre una caída en el volumen del 4,5%, lo que lleva a un incremento en el precio del 9,4%.

En los datos de la consultora Nielsen aparece el azúcar como el producto más inflacionista, con un incremento del 42%; seguido de la margarina, un 41% más; el aceite, que eleva su precio un 37%; la nata, un 35% más; mientras que la mantequilla sube un 31% y la leche y las bebidas vegetales un 27%.

La inflación ya se deja notar: cae la demanda en los supermercados