jueves. 02.05.2024

Material Girl: Cómo superar el síndrome de la compra compulsiva

Pese a los múltiples intentos porque no sea así, vivimos en un mundo material y la mayoría de nosotros/as somos personas materiales. En eso debo darle toda a la razón a la reina del pop, Madonna que ya lo gritaba a los cuatro vientos en los 80.

 

Nos encanta eso de estrenar algún modelito cuando salimos por ahí, comprarnos esas botas de marca que no son especialmente bonitas, pero que si las llevas indicas a los demás que perteneces al club de lo exclusivo. Gastamos en cosas muchas veces innecesarias, pero que en ese momento son irresistibles ante nuestros ojos.

 

La acción de comprar algo en sí misma no es ningún pecado. Es más, te dirán que si gastas colaboras a que la economía sobre la que nos sustentamos siga funcionando. El problema viene cuando esas compras se convierten en imprescindibles, cuando sí o sí gastamos sin control en lo que sea. Eso tiene un nombre: es el síndrome del comprador/a compulsivo/a también llamado oniomanía. Término derivado del griego onios (lo que está en venta) y manía (locura). Se da cuando sientes que sólo comprando alivias tu vacío emocional o personal. Y sí, como dice el título de la canción, desgraciadamente lo sufrimos más las mujeres que los hombres…

 

Te lanzas a la calle y eres incapaz de pasear sin entrar a comprar a una tienda, o te metes en internet buscando chollos aunque lo que buscas no sea necesario para ti. Todo se agrava cuando te das cuenta de que no sólo no has solucionado tu carencia afectiva o personal, sino que has quemado tu tarjeta de crédito. Entonces te sientes frustrada/o y con menos dinero en tu cuenta.


¿Cómo podemos detectar si somos compradores/as compulsivos/as?

  • Gastas más dinero de lo que te permite tu presupuesto.
  • Te arrepientes de algunas compras que has hecho y te sientes culpable por ello.
  • Compras cosas que no necesitas.
  • Pagas casi siempre con tarjeta de crédito (recuerda que también existe la de débito).
  • Pierdes tiempo en tu trabajo buscando cosas que comprar por internet.
  • Cuando te enfadas, estás triste o decepcionado/a, compras algo.
  • Te sientes eufórico/a antes de comprar.
  • Mientes a los demás sobre las compras que has hecho o los precios de las cosas. Seguro que te suena la frase de: “¡Qué va! Esto no es nuevo, lo tengo del año pasado por lo menos”.
  • Ocultas la evidencia de que has comprado algo.
  • Has discutido con alguien sobre tu forma de comprar.


Si te sientes identificado/a con más de un punto, analiza tu comportamiento e intenta corregirlo. Si no puedes hacerlo solo/a, busca a un especialista que te ayude a conseguirlo: reconocerlo es el primer paso y tú ya lo has dado. Es importante aprender a gastar con consciencia. Ahí van algunos consejillos que te puedes aplicar desde ya y evitar caer en las compras compulsivas:

  • Antes de comprar pregúntate si realmente lo necesitas.
  • No vayas a comprar cuando te sientas triste o deprimido/a por algo.
  • Que lo que compres sea de calidad: más vale tener poco y bueno que mucho malo.
  • Gasta tu dinero en cosas que te representen, que estén en línea con tus valores. Si por ejemplo te gusta cuidar el medioambiente, busca prendas o tejidos ecológicos, productos locales, ropa de segunda mano… Hay un mundo infinito de posibilidades.
  • Hazte un presupuesto para caprichos. Esas compras “extras” no tienen por qué desaparecer, siempre que estén planificadas y presupuestadas.
  • Utiliza la tarjeta de débito siempre que te sea posible: si no tienes el dinero en tu cuenta, no puedes comprar. Eso te hará ser más consciente de lo que has gastado.


Ahora que ya empezamos a oler a Navidad, a ver si somos capaces de “aplicarnos el cuento” y dejar el materialismo a un lado para centrarnos en hacer felices a los demás y por qué no, a nosotros mismos/as sin necesidad de vaciar nuestras carteras.

Material Girl: Cómo superar el síndrome de la compra compulsiva