lunes. 29.04.2024

¿Puede India hacerle sombra a China?

Aunque China sigue siendo un coloso industrial, existen indicios de que su posición podría estar bajo amenaza debido a factores demográficos y económicos.
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Recientemente, India ya se ha posicionado como el país más poblado del mundo, destronando a China. Este hito demográfico ha generado una ola de discusiones y debates sobre si India podría reemplazar a China como la principal fábrica del mundo en un futuro próximo.

La historia de crecimiento de China es impresionante. En las últimas décadas, este gigante país ha experimentado una expansión económica que ha transformado la vida de millones de personas, con decenas de millones de trabajadores trasladándose del campo a las ciudades en busca de mejores oportunidades laborales y una mejor calidad de vida. Políticas como el Gran Salto Adelante de Mao Zedong y la posterior apertura económica en la década de 1980 llevaron a un rápido crecimiento en la manufactura, la construcción y otras industrias intensivas en mano de obra. El resultado es que China representa hoy aproximadamente el 30% de la producción manufacturera mundial, equivalente a Estados Unidos, Japón y Alemania juntos.

Este crecimiento también ha tenido un impacto significativo en la reducción de la pobreza. Durante un período de 40 años hasta 2022, cerca de 770 millones de chinos pudieron salir de la pobreza, lo que posiblemente representa la mayor reducción en la historia de la humanidad.

Sin embargo, a pesar de este impresionante crecimiento, China se enfrenta a desafíos significativos que podrían amenazar su posición industrial y comercial, siendo uno de los problemas más acuciantes el envejecimiento de su población. Para contrarrestar la rápida expansión demográfica, el gobierno comunista chino implementó políticas de control de la natalidad en las décadas de 1970 y 1980, incluida la política de hijo único. Aunque estas medidas ayudaron a frenar el crecimiento poblacional, ahora se encuentran con el desafío opuesto: una población en rápido envejecimiento.

Este cambio demográfico tiene implicaciones significativas para la economía china. La economía del país se basa en gran medida en el aumento del consumo interno para reducir su dependencia de las exportaciones, y también en el incremento del número de trabajadores para mantener a su población envejecida. El gobierno chino ha intentado fomentar la tasa de natalidad en los últimos años mediante la limitación del aborto y la promoción de familias numerosas. Sin embargo, muchos consideran que estas medidas podrían haber llegado demasiado tarde para evitar un declive demográfico a largo plazo.

En contraste, la India está experimentando una tendencia demográfica opuesta. Con una población en rápido crecimiento y una gran proporción de jóvenes (25% de los indios tienen menos de 14 años), la India parece estar en una posición ventajosa. Además, la India cuenta con una fuerza laboral considerable, un mercado interno en crecimiento y un próspero sector tecnológico, lo que le ha permitido superar al Reino Unido y convertirse en la quinta economía más grande del mundo.

Este ascenso plantea la pregunta de si el país puede eventualmente superar a China como líder en la fabricación mundial. Sin embargo, existen obstáculos significativos en el camino de la India hacia la supremacía económica. A pesar de su población en crecimiento, la India todavía se encuentra rezagada en términos de indicadores sociales en comparación con China. Por ejemplo, solo el 74% de los indios están alfabetizados, en comparación con el 97% de los chinos, y esta cifra disminuye al 62% en las mujeres.

La educación es un factor crítico para el futuro de la India, ya que el éxito en sectores manufactureros complejos y la economía del conocimiento dependen en gran medida de una fuerza laboral bien educada. En la India, los sistemas educativos deficientes, particularmente en el norte del país, y la brecha digital han provocado que solo una parte de la población con acceso a mejor educación pueda desarrollar habilidades técnicas necesarias para la manufactura avanzada.

Para que la India aproveche su ventaja demográfica, debe abordar estas deficiencias educativas y garantizar que su fuerza laboral esté adecuadamente capacitada. Sin estas mejoras, la India podría enfrentar el riesgo de envejecer sin alcanzar un crecimiento económico sostenible.

Otro desafío importante para el país es la creación de empleos de calidad. Mientras que China ha logrado transformar a su creciente población en una potencia manufacturera centrada en el aumento de las exportaciones, la mayoría de los empleos en la India se concentran en el sector agrícola, que representa aproximadamente el 60% de la fuerza laboral y según un informe del banco HSBC, para que India mantenga el mercado laboral estable, necesita crear 90 millones de puestos de trabajo fuera de la agricultura para el año 2030.

El Primer Ministro de la India, Narendra Modi, ha llevado a cabo reformas en el sistema económico del país en los últimos años para fomentar la empresa privada y reducir la participación del gobierno en la economía. Sin embargo, estos esfuerzos han enfrentado resistencia, como se vio en las masivas protestas de los agricultores en 2020 contra las reformas agrícolas.

HSBC espera que la brecha entre ambas economías continúe ampliándose en el futuro previsible, alcanzando los 17,5 billones de dólares para 2028, basándose en las proyecciones del FMI. Esto equivale al tamaño actual de la economía de la Unión Europea. La diferencia entre ambas cifras se situó en 15 billones el año pasado.
Incluso asumiendo un crecimiento nulo en China y un triple aumento en el gasto en inversión en India en comparación con su promedio reciente, los economistas señalan que se necesitarían otros 18 años antes de que el gasto en inversión de India alcance al de China. Actualmente, China representa aproximadamente el 30% de la inversión mundial, mientras que la participación de India es inferior al 5%. Su participación en el consumo global también se sitúa por debajo del 4%, en comparación con el 14% de Pekín.

A pesar de estas cifras, los economistas esperan que India realice una sustancial contribución a la demanda mundial de materias primas, consumo y bienes de capital, lo que hace que los economistas de HSBC sean optimistas acerca de India en el largo plazo. Por tanto, es probable que el país se convierta en un actor mucho mayor en el comercio global y, posiblemente, alcance un papel clave en las exportaciones de servicios, similar a la posición que China ocupa en las cadenas de suministro de bienes en la actualidad.

El Fondo Monetario Internacional pronostica que la economía de India crecerá un 6,3% en 2023 y 2024, mientras que la economía de China debería crecer al 5% y al 4,2% en ese mismo período. Estas proyecciones reflejan las cambiantes dinámicas entre estas dos economías asiáticas y su impacto en el panorama económico global.

El camino hacia la supremacía económica es un desafío considerable, y el mundo observa con interés cómo evolucionarán China e India en los próximos años.

¿Puede India hacerle sombra a China?