viernes. 26.04.2024

Hay dos cosas que no soporto: el tráfico y llegar tarde. El problema surge cuando ambas se juntan en momentos inoportunos, cuando tienes que ser puntual sí o sí. Realmente, existen situaciones en las que deseas parar el tiempo: respirar y volver a recuperar aunque sean cinco minutos.

 

Evidentemente, esto no pasa. Aunque el universo en esta ocasión decidió jugar a mi favor. En menos tiempo del que pensé, conseguí aparcar el coche en un parking (sin atropellar a nadie) y como si pudiera levitar, subí los escalones hasta el exterior. Recuerdo que el traje se me pegaba al cuerpo del nerviosismo y del sudor que había obtenido de pasar de la planta menos tres a la cero en cuestión de segundos. Mientras caminaba deprisa para no demorarme un minuto más, mi mente repetía una y otra vez: voy a entrevistar a Isabel Franco.

 

Después de pasar la seguridad y ser recibida como la periodista de la UCAM en la Consejería de Igualdad, Familia y Mujer, me dirigí hasta el ascensor, pulsé rápidamente el botón de la planta cinco y me recibió la secretaria de la vicepresidenta. “Espera un momento, aquí”, me dijo con un tono grave. Entre emocionada y algo nerviosa me senté en un sofá color rojizo con un aire al que había en el programa 'Chester in Love' de Risto Mejide. El momento había llegado, “puedes pasar, Isabel te espera” me dijo. Y allí, estaba ella, con una mirada de complicidad y confianza me dijo: ¡Hola, Laura!

 

Después de entrar en su despacho, y de sentirme como una persona importante por la ráfaga de fotos que nos echó su fotógrafo personal, empezó la acción.

 

¿Quién es Isabel Franco? ¿Cuál es la historia no contada de la vicepresidenta y consejera?

Isabel Franco es una mujer que se levanta cada día con la intención de tratar de mejorar algo y si de paso consigue marcar o abrir un camino para que su hija al día siguiente lo tenga más sencillo o se pueda levantar tranquila, hará todo lo posible por conseguirlo.

 

Creo que no hay ninguna historia no contada, se ha dicho todo y de todo. Porque cuando entras en política te descosen hasta la costura de los bajos. Así que es muy difícil que haya algo oculto.

 

¿Cuál fue el motivo que le llevó a saltar del periodismo a la política?

Soy una saltadora de acantilados, no tengo miedo. Hubo un momento en mi vida en el que perdí el miedo a todo y me di cuenta de que verdaderamente se vive cuando no dejas que el miedo te paralice.

 

Además, me llegó una oferta por parte de Ciudadanos que para mí significó un cambio radical. En ese momento, era el partido que más me motivaba, me ilusionaba y me hacía pensar que verdaderamente existía otra manera de hacer política. Una oferta que partía del propio Albert Rivera y a la que no pude decirle que no.

 

¿Volvería a saltar?

Antes, me lo pensaría.  

 

¿Cuál es el momento más emotivo que recuerda de su andadura profesional? ¿Es difícil llegar a donde ha llegado como mujer?

He tenido varios momentos. Cuando se aprobó la ley de servicios sociales en julio, fue uno de los mejores. Era tan importante y habíamos dejado tantísima energía en el proceso que sinceramente no lo pude celebrar con la efusividad que cualquiera hubiera hecho. Me quedé un poco agotada. Puede visibilizar el cansancio de todo el tiempo que habíamos estado. Lo primero que hicimos cuando tomamos posesión en esta consejería fue tomar el borrador de servicios sociales e introducir una información y un contenido con respecto a lo que debía recibir las mujeres víctimas de violencia de género.

 

Eso ocurrió en agosto de 2019, menos de dos años después la ley fue aprobada, eso implica un trabajo intenso y complejo, y un trabajo no exento de obstáculos. Al momento de aprobar la ley, poder decir que contaba prácticamente con la totalidad de los votos a favor, y  comprobar lo que en los últimos meses habíamos vivido en torno a los temas,  esto podía ser posible. La mayor parte de los políticos nos pongamos de acuerdo, para mí fue verdaderamente emotivo. Además, el presidente salió del hemiciclo para felicitarme y señaló textualmente, la iniciativa legislativa junto a la del Mar Menor más importante de la legislatura hasta el momento. Pero no pude llorar y tampoco pude brindar.

 

En resumen, han sido varios momentos emotivos en mi vida. Porque constituir el Observatorio de Igualdad de la mujer, también fue un momento muy emotivo construir el Observatorio LGTBI+.

 

También, fue un momento muy emotivo, afortunadamente hemos ido experimentando situaciones que nos han permitido revisar que es cierto que se puede llegar a la política para mejorar las cosas.

 

¿Diría que es difícil llegar donde ha llegado siendo mujer?

Realmente, lo que espero es que sea más fácil para las generaciones venideras que mujeres como usted o como yo que en una edad joven tengan menos dificultades. La vida en general no es fácil, pero es verdad que por ser mujer se pone más complicada en determinadas ocasiones y situaciones. Pero para eso estamos aquí, hemos venido a trabajar precisamente para eso.

 

¿Cree que a día de hoy existen barreras o trabas que impiden que haya más mujeres  líderes?

De entrada nosotras tenemos prioridades totalmente distintas que el hombre y con esto no estoy culpando al hombre. Es que a veces en la sociedad se reparten las funciones y no es fácil que cambiemos de una función a otra. Nosotras no vamos a anteponer nada por delante del cuidado de los nuestros, sobre todo si tenemos un niño,  una persona con discapacidad, una persona mayor en la familia. Eso va a ser siempre lo primero, pero para acceder a determinados puestos de liderazgo se tiene que sacrificar eso, ya te digo que va a ser difícil que consigamos equiparar totalmente la presencia de hombres y mujeres. Eso solo lo solucionamos con la educación y lo solucionamos con corresponsabilidad, es decir, si esta sociedad se relaja y deja que un hombre pueda disfrutar también de las responsabilidades familiares, sin encasillarse a él en otras funciones y si deja a la mujer que se libere de ser predeterminada, la que se haga cargo de esa responsabilidad, podremos conseguirlo. Pero eso es una misión de una sociedad en conjunto.

 

¿Hay algún referente político que te llame la atención?

Angela Merkel. Es una mujer que ha gobernado en un momento que tampoco era sencillo para ella, ante determinados retos bastante complejos y que también ha superado prejuicios en muchísimas ocasiones por su condición de mujer, por su figura política y por las condiciones políticas de su propio país. Yo creo que la grandeza de un político siempre es llegar el diálogo a la máxima posición de consenso posible porque ese es el máximo beneficio para los ciudadanos y en estos momentos, Angela Merkel es quien más lo ha expresado en Europa.

 

Aparte de toda una vida dedicada al periodism has cursado también un máster en responsabilidad social y diplomatura corporativa en la UCAM. ¿Cuáles son los pilares fundamentales sobre los que se debe fundamentar una empresa para evitar la desigualdad laboral?

Sobre todo la empresa necesita o debe estar comprometida con la sociedad y con los avances de la sociedad de manera ineludible a través de su CEO. Si una empresa representada en el CEO, tiene un compromiso con la sociedad y sus avances, la responsabilidad social tiene muchísimo futuro y campo para desarrollarse.

 

Además de eso también se necesita de la participación de los trabajadores, de las plantillas porque a veces se impulsan iniciativas que si luego no tienen repercusión por parte de los trabajadores no pueden tener más recorrido, por supuesto la publicación de las instituciones, en este caso de las administraciones públicas, establecer normas que también permitan que la empresa perciba un retorno a la hora de expresar ese compromiso porque esa es la manera de incentivar entre el sector empresarial que eso ocurra. Y desde luego creo que en realidad en la obligación que la empresa o el compromiso que pueda adquirir le viene también el beneficio. Porque el trabajador que está en una empresa que está comprometida es un trabajador orgulloso de su empresa. Y al final eso también repercute en la sociedad porque cambia la visión que tenemos de las relaciones que mantienen las empresas con la sociedad o que mantienen la plantilla con sus propias empresas.

 

Desde la perspectiva como vicepresidenta o consejera, ¿piensa que desde la política se puede erradicar o combatir de forma trascendental el machismo?

Sin lugar a dudas, lo que pasa es que ni la política es la única responsable ni depende solo de la política, este es un trabajo de todos. Un trabajo conjunto, sin lugar a dudas podemos impulsar muchísimas iniciativas que permitan que se erradique eso en la sociedad. Esa visión patriarcal o machista de determinadas cuestiones. Pero lo bueno de todo es que igual que contábamos con empresas comprometidas, en general todos los sectores de la sociedad están igualmente comprometidos por la lucha o conquista de la igualdad que es mucho más importante. La cuestión es que tenemos que habilitar los mismos medios, las buenas prácticas, los sistemas, es decir, tiene que ser un trabajo en equipo que partía fundamentalmente de la educación porque cambiando los prejuicios que infundamos en los niños, cambiando los condicionantes sociales lograremos por supuesto un mundo más igualitario.

 

En la actualidad, diversos estudios apuntan a que la próxima generación de jóvenes será más machista, a pesar de existir más formación en las aulas ¿Por qué cree que ocurre esto?

Bueno por el mensaje rápido y fácil, cuando se supedita cualquier mensaje a una extensión máxima de seis palabras es muy complicado cuando educamos a la sociedad para que perciba el impacto breve, decisivo o que va directo al centro de la diana, pero olvida todo el contexto, se coloca mucho más rápido y llega antes el prejuicio que es tan tóxico y cuesta mucho más trabajo asentar un argumento de ahí la importancia de que todos como padres o como madres enseñemos a nuestros hijos a dialogar. Si invertimos en el diálogo conseguiremos hijos, que tengan la mente abierta y estén dispuestos a conversar.

 

¿Qué le diría a las nuevas generaciones de chicas que quieren luchar por un puesto laboral digno?

En primer lugar, que tienen que tener confianza en ellas mismas, pero que tienen que tener muy presente que forman parte de un estado de derecho y que ese estado de derecho nos ampara a la hora de reclamar que sus derechos sean respetados, que cualquier empresario que tenga claro eso va a ser un buen jefe y va a ser una persona con la que poder desarrollar un proyecto vital. Y que como todo en esta vida depende de la selección o elección que cada uno de nosotros desarrollemos. Pero por supuesto existen multitud de trabajos dignos, multitud de empresas comprometidas y cada vez más son las instituciones, tenemos que tener en cuenta que a las administraciones públicas le corresponden en ese sentido ser mascarón de proa y tratar de ir por delante, mostrando al resto de la sociedad precisamente porque pueden que esa igualdad puede ser efectiva y que la mujer tiene que tener acceso a todos los niveles.

 

¿Cuáles son los proyectos en materia de violencia de género o empoderamiento femenino que lleváis desde la Consejería de Mujer?

Ahora mismo tenemos muchísimos, ten en cuenta que esta es la consejería de mujer así que aquí trabajamos en muchísimas líneas. Concretamente, desde la dirección general de mujer y de diversidad de género que además también desde cualquiera de los otros ámbitos siempre le damos a todo un enfoque transversal que permita apostar por el empoderamiento de la mujer que no es tanto empoderamiento de la mujer, es igualdad. Al final es una labor de justicia social y sobre todo destacar esas dos cuestiones que nosotros nos ocupa en gran medida.

 

Por un lado, trabajamos en el desarrollo del pacto estatal por la violencia de género que se encuentra financiado desde Madrid y por el gobierno central, pero de manera muy significativa trabajamos en el cumplimiento del pacto de lucha contra la violencia de género en la Región de Murcia que en su momento firmaron todos los partidos políticos, excepto el partido socialista y podemos. 

 

Ese es un pacto que este año, en los presupuestos de 2021 ha visto incrementado su presupuesto un 416%, no siempre las cifras son buenas representantes del trabajo en política social, pero creo que ese porcentaje es suficientemente representativo de la apuesta de este gobierno regional por la erradicación de la violencia de género.

 

Evidentemente, no es lo único, también trabajamos en otras líneas para promover la igualdad como el proyecto Sensibiliza-t, tenemos actividades formativas diferentes, promovemos el uso de un lenguaje en igualdad, nos prestamos a colaborar con las empresas. Sabes que existen todos los distintivos, el de empresa por una sociedad libre de violencia de género, de empresas por la igualdad, quiero decir que promovemos todo lo que está a nuestro alcance de manera transversal. También trabajamos bajo la dirección general de artesanía y comercio, estamos trabajando con la dirección general de discapacidad para empoderar también a las mujeres con discapacidad, estamos planteando nuevas líneas de trabajo en otro sentido con otras direcciones generales.

 

Nosotros entendemos que la ley de igualdad de 2007 culminó en su desarrollo con la puesta en marcha del Observatorio por la Igualdad, que también hicimos nosotros en diciembre de 2020. La pandemia nos frenó, pero no consiguió disuadirlos y lo pusimos en marcha porque también para nosotros era un objetivo fundamental. Este observatorio ya está en marcha, ya se han creado las comisiones, se están desarrollando trabajos. Pero sobre todo estamos reivindicando la igualdad, lo que vuelve a congregarnos en torno a este observatorio a todos los colectivos sociales. Al final es un lugar en el que poder situar las cuestiones de igualdad a través de las 34 personas que lo integran, todas ellas representantes de cada una de las instituciones y de secciones que podríamos dividir cualquier sociedad como la sociedad murciana. Algo que es importantísimo porque nos va a permitir estudiar, denunciar, analizar e incluso proponer políticas que traten de conseguir por fin avanzar en la igualdad y erradicar la violencia de género.

 

¿Cree que las mujeres tenemos que hacer más ruido profesional?

Las mujeres ya hacemos mucho ruido profesional, las mujeres desde el minuto uno que se incorporan a un puesto de trabajo tenemos claro que debemos demostrar que merecemos ese puesto, es una especie de configuración previa que llevamos precisamente por ese prejuicio o por ese modelo social existente donde en teoría nos tenemos que dedicar al cuidado de la familia, a construir una familia, a centrarse en nuestros padres e hijos, y en realidad podemos hacer todo eso y además desempeñar no solamente con dignidad, sino desempeñar de manera brillante un puesto de trabajo o un cargo, y en ese sentido lo que hace ruido es precisamente esa capacidad de desempeño que tenemos. Podemos pasarnos la noche poniendo termómetros, cambiando pañales, y dando medicación y al día siguiente aparecer en nuestro puesto de trabajo y desempeñar con completa competencia la función que tenemos asignada.

 

En lo que se refiere a las IV Jornadas del Día Internacional de Mujeres Rurales celebradas este mes, ¿cómo se pone  fin al silencio que existe en torno a la violencia de género en los municipios más pequeños?

Los entornos rurales son lo que nosotros llamamos la España despoblada, la Región de Murcia despoblada. Esos entornos, sobre todo lo que necesitan, es en primer lugar de una mayor atención por parte de las administraciones públicas.

 

Desde la consejería, nosotros lo estamos haciendo, todos los ejes que hemos desarrollado de ayudas siempre han destinado un poco más de esfuerzo a los pequeños municipios porque sabemos que es mucho más difícil llegar. Por supuesto hay que tratar de acortar de manera inminente dos brechas que son fundamentales: la salarial que ya se está trabajando desde la consejería de empresa y la brecha digital porque sin comunicación esas zonas están aisladas y es mucho más difícil para la mujer cualquier cosa. Al final las nuevas tecnologías pueden ser aliadas en todo, también en la violencia de género a la hora de erradicarla y en eso estamos trabajando. Además, de ello tenemos que diseñar servicios específicos y estamos haciéndolos. Nosotros junto a la red de atención de mujeres víctimas de violencia de género estamos integrando los puntos de atención especializados. Los PAE son pequeños puntos, en pequeños núcleos de población donde la mujer puede acceder a consultar, a recibir un primer diagnóstico de impresión de lo que le está ocurriendo para saber si está siendo víctima de violencia de género en un contexto donde no se identifique que recibe ese tipo de información.

 

¿Cree que la cultura de España debe cambiar o escapar de barreras ideológicas para avanzar en materia de igualdad?

En general hay determinadas cuestiones de esta sociedad que tenemos que sacar de las cuestiones ideológicas, las causas de justicia social no deberían de tener color político. La violencia de género no debería tener color político, la lucha contra la desigualdad, ya no solamente de las mujeres, sino de las personas que tienen una identidad de género distinta. Tampoco, debería tener un color político, la protección de la infancia no debe tener color político, la dependencia no debe tener color político porque podemos ir más allá, el empleo no debería tener color político.

 

Al final una sociedad madura será la que demuestre que al final resulta posible encontrarnos todos en torno a cuestiones que son verdaderamente importantes para toda la sociedad, más allá de los tintes ideológicos, pero por desgracia lo que estamos viviendo hoy en día es todo lo contrario estamos viviendo que algunos partidos políticos están tratando de apropiarse de determinadas causas como si solo fueran causas ligadas a una ideología política concreta, y son cuestiones de justicia social. Nunca pueden estar ligadas a siglas de ningún tipo, de ningún partido.

Isabel Franco: una mirada de confianza