Al margen de dolencias específicas que deriven en el seguimiento de una dieta especial, es habitual que los centros de cuidados de mayores sigan una serie de protocolos de alimentación para asegurarse de que los residentes cuentan con una alimentación variada y equilibrada que les aporte los nutrientes necesarios para su correcto desarrollo diario.

Y es que los expertos insisten en que buena parte del bienestar de las personas que se encuentran en las residencias geriátricas depende de la alimentación. En este sentido, tener la certeza de que el centro cuenta con un protocolo de alimentación es fundamental para tener la seguridad de que es un aspecto que se cuida y al que los profesionales que trabajan en el centro le prestan la atención necesaria.

Para saber cómo debe ser exactamente la alimentación en personas mayores, los expertos se pronuncian acerca de la elaboración de estos protocolos y qué mecanismos se utilizan para garantizar su correcta aplicación en los centros.

Las buenas prácticas de alimentación en los centros de mayores

Teniendo en cuenta que la alimentación juega un papel esencial en el adecuado mantenimiento del organismo y en las funciones motoras y neuronales, es fundamental que las cocinas de las residencias de mayores se rijan por una serie de principios que garanticen proporcionar a los mayores una alimentación de calidad en las cinco comidas diarias, siguiendo una dieta sana y equilibrada y adaptada a las necesidades de cada individuo.

Los expertos de miResi, la plataforma web especializada en la comparación de residencias de mayores líder en su segmento, insisten en la importancia de asegurarse de que en los centros existen protocolos de alimentación adaptados. “Es fundamental que los mayores puedan gozar de una alimentación sana, variada y de calidad en las residencias, y que tengan en cuenta sus necesidades especiales para adaptar la alimentación a su caso”, comentan desde la plataforma.

Y es que, en su búsqueda del máximo confort, cada vez más residencias cuentan con multitud de complementos en lo que a alimentación se refiere para hacer que los mayores se sientan mejor y puedan disfrutar aún más de sus comidas. “Aunque es cierto que llegada cierta edad los problemas de salud suelen ser más altos y es necesario cuidar la alimentación, ciertos caprichos pueden ser beneficiosos para hacerles disfrutar de pequeños momentos de placer que puedan añadir una nota de felicidad extra a sus comidas diarias”, explican desde miResi. “El objetivo siempre es hacer que cada uno pueda disfrutar de una alimentación personalizada como se merece, teniendo en cuenta sus alergias, intolerancias y sus problemas de salud”, añaden.

Qué debe tener la dieta ideal para una persona de la tercera edad

Los buenos hábitos alimenticios para personas mayores no distan mucho de las pautas para personas más jóvenes y sanas, puesto que la dieta perfecta se basa en un consumo frecuente de frutas y verduras y en la supresión de grasas saturadas y productos procesados, tal y como podemos comprobar en este artículo publicado por el portal especializado Salud y Alimentación sobre la alimentación en las residencias geriátricas.

“La cantidad diaria ideal de carbohidratos rondaría los 200 gramos, ya que los ancianos cuentan con una alta tolerancia a los hidratos de carbono y les son muy útiles para obtener la cantidad de energía que necesitan para poder realizar sus actividades diarias”, explican desde miResi. “Las proteínas también deben estar presentes, sobre todo si la persona padece una enfermedad crónica, ya que esta tiende a afectar a la masa muscular”, añaden.

En cuanto a las grasas, estas son necesarias para garantizar el correcto tránsito intestinal, pero deben ser monoinsaturadas en un 10%, ya que deben ser sanas. “La mayor parte de grasas saludables se obtienen de verduras y pescados, y por eso estos alimentos no pueden faltar en la dieta”, explican desde miResi.

De hecho, los especialistas en alimentación ponen el foco en las carencias que hay que evitar a la hora de alimentar a los mayores en estos centros. “Uno de los principales problemas a los que nos enfrentamos es a la repetición de las comidas, ya que existe una tendencia a aprovechar la comida de la que se dispone y, al ser adquirida en grandes cantidades, es frecuente que los platos se repitan con frecuencia”, explican. “Un protocolo de alimentación adecuado puede garantizar el reparto más variado de alimentos para evitar la repetición de platos, aumentando la variedad de los mismos”, añaden.

Otra cuestión fundamental es la presencia de fritos, que debe reducirse para evitar molestias gástricas durante la noche. “En algunos centros se ha demostrado que por las noches, cuando los familiares no suelen estar presentes, las cenas contiene un alto nivel de alimentos fritos y embutidos que no son del todo saludables. Estos alimentos deben quedar relegados a un segundo plano, y su consumo quedar reducido a una o dos veces por semana, a ser posible no en las cenas, para evitar la pesadez de estómago”, comentan.

Estos malos hábitos pueden comprometer a aquellos ancianos que cuenten con necesidades nutricionales especiales, aunque lo habitual es que los centros tengan en cuenta estas circunstancias para adaptar los menús. Tal y como podemos leer en el portal alimentoswiki.com, una buena alternativa para suplir las carencias nutricionales de las personas con necesidades especiales es adquirir alimentos de farmacia. “Se trata de preparados dietéticos que están pensados para aportarles todos los nutrientes necesarios en las cantidades óptimas para garantizar su correcto desarrollo y que funcionan especialmente bien cuando son administrados de manera periódica”, explican los profesionales de Alimentos Wiki.

Otros aspectos a evitar son el consumo de productos envasados y la bollería industrial, que no deben estar presentes debido a su alto grado de grasas saturadas y azúcares añadidos. “Cuando el abuso de bollería y alimentos procesados se combina con una cantidad insuficiente de verduras en la dieta, el resultado es nefasto para los mayores, algo que se suele evitar si se cuenta con un protocolo de alimentación que priorice el consumo de frutas, verduras y alimentos con un bajo índice de grasa”, sentencian.